Visto lo que ha entregado Gareth Bale con el Tottenham Hotspur es más que claro que Zinedine Zidane parece que tenía razón. A diferencia de otros cedidos del Real Madrid, el gales no esta cuajando ni siquiera una campaña regular; lo suyo es un desastre total que está acabando con las arcas del club inglés y con las esperanzas del equipo blanco de poder deshacerse de él de una vez por todas. La mesa está servida para que el culebrón que vivieron el pasado verano vuelva a repetirse en la entidad blanca; pero esta vez con una intensidad mucho mayor, porque con el final de su contrato más cerca, las posibilidades de encontrar una salida son casi nulas.
Los problemas con José Mourinho, al que ya parece haber hartado de forma definitiva, acaban de comenzar. El galés se la pasa alegando dolores y el entrenador portugués no lo tiene disponible casi nunca; pero en las pruebas que le realizan nunca aparecen esas molestias, por ese motivo todos en el conjunto londinense están muy que confundidos; más cuando sale diciendo por redes que ha hecho un gran entrenamiento, cuando ni siquiera entrena. Con apenas 230 minutos disputados con los Spurs en Premier League es claro que el club inglés no va a fichar a Bale; de está forma el Madrid está completamente atado y ya empieza a vislumbrar un panorama muy gris debido a su vuelta. Las consecuencias serán múltiples y las soluciones no son muy pocas; pero lo cierto es que el equipo merengue tiene un problema muy grave que determinará mucho el transcurso de la próxima campaña.
3Esa salario tan alto complica todo
Si el nivel actual de Bale obliga a otros clubes a esconderse a la hora de tratar de abordar su fichaje, su salario es la otra razón por la cual ni se asoman a intentarlo. Con una ficha anual de 17 millones de euros, pocos clubes en el mundo son capaces de costear a un jugador de ese calibre y los que si pueden hacerlo no quiere a un futbolista que, con su actitud y lo que muestra en el campo, no vale para nada ese sueldo. El caso es que el Madrid lo tendrá hasta el 2022, gracias a esa última renovación que firmó y que extendió su vínculo hasta el próximo año.
Lograr sostener un salario de tal magnitud por un futbolista que claramente no va a jugar es un chiste de muy mal gusto; pero al Real Madrid no le quedará otra opción. Con una venta y una nueva cesión casi ya descartadas, el otro paso sería que Bale se desvinculara de forma gratuita; pero eso es más que imposible debido a que el galés no va a querer renunciar a que la entidad merengue le pague hasta el último centavo de ese año de contrato que le queda. Una complicación más a una lista que se va alargando cada vez más en el club.