El buttermilk es como se le conoce al líquido que se obtiene durante la preparación de la nata para su transformación en mantequilla. Aunque hoy en día existen distintas formas de prepararlo. Dependiendo de la región su nombre puede variar, en algunos sitios se le conoce como suero de mantequilla o mazada. Esta bebida láctea se suele usar para la preparación de distintos alimentos, y si bien se puede conseguir en el supermercado también puede ser elaborada en casa.
El aspecto del buttermilk es muy parecido al de la leche desnatada, aunque su sabor es amargo. Esto último se debe a la maduración de la nata durante el proceso de transformación en mantequilla.
Originalmente se obtenía al batir la nata fresca o fermentada, como resultado de ello el suero se separaba. Hoy en día el buttermilk cuenta con algunas características diferentes con respecto al suero que se producía antes. En la actualidad este producto lácteo es de color blanco-amarillento, posee una consistencia menos espesa que la nata y cuenta con bajos niveles de grasa.
Si bien el buttermilk es un producto muy usado para la preparación de bizcochos y bollos, como bebida es muy apreciada en algunas regiones, particularmente durante el verano, como en Alemania, Dinamarca y los Países Bajos. Mientras que incluso se vende como refresco en los países del Magreb e India.
El buttermilk en la historia
Durante la Edad Media el buttermilk, por muchos años, fue una de las bebidas preferidas de los pastores y las lecheras de Inglaterra. Para finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII se convirtió en una de las bebidas más populares, especialmente en las grandes ciudades. Poco a poco este alimento se extendió por todos los rincones del mundo, llegando a formar parte de las preparaciones en el Oriente Medio.
Tras algunos años de decadencia, donde se uso casi únicamente para la producción de alimentos, mas no para consumirse como tal, regresó como una alternativa más saludable para la leche entera. Esto se debió a que al contar con una menor cantidad de grasa y su sabor un poco amargo, resultaba ser menos empalagosa.
Hoy en día el buttermilk se consigue como leche desnatada fermentada. Esta suele contar con estreptococos, estas son algunas bacterias que transforman la lactosa en ácido láctico. Luego de esto se pasan por calor para así tratar a las bacterias y de esta manera finalmente detener el proceso de fermentado.
Producción
Antiguamente se producía el buttermilk al remover la nata, esto provocaba que las membranas de la grasa se rompieran. Como resultado de esto las partículas de la grasa se agrupaban en la parte superior del recipiente. Mientras que con la grasa se preparaba la mantequilla, el líquido sobrante (buttermilk) se guardaba.
En la actualidad este suero no se prepara de igual forma a como se preparaba en la antigüedad.
Hoy en día se prepara como cultivo, para ello se trata la leche a la cual se le agregan estreptococos (agentes acidulantes), esto solo se usa para simular al producto tradicional. Por otra parte el sabor es ligeramente agrio, pero esto se debe a la fermentación. Durante este último proceso las bacterias convierten la lactosa en ácido láctico. Como resultado de esto el pH desciende y la leche se vuelve agria.
Receta para el buttermilk casero
Para esta preparación necesitarás lo siguiente:
- 4 ½ cucharaditas de zumo de limón.
- 240 ml de leche.
Para la elaboración tendrás que seguir estas indicaciones:
- Para comenzar deberás colocar la leche en un recipiente y luego agregar el zumo de limón. Remueve bien para que ambos ingredientes se integren de adecuadamente.
- Deja reposar, con 15 minutos como mínimo es suficiente.
- Finalmente guárdalo dentro de un frasco hermético y llévalo a la nevera.
Y listo, podrá durar aproximadamente 1 semana en el refrigerador. Aunque siguieres que se preserve por más tiempo, solo tendrás que congelarlo, de esta manera podrá durar hasta 3 meses.
En caso que decidas congelarlo y luego decidas usarlo, solo tendrás que dejarlo descongelar dentro de la nevera. De esta forma se descongelará paulatinamente, y mientras podrás remover para que así los sólidos, atrapados en la parte inferior, se reincorporen.
El buttermilk para la preparación de comidas
Generalmente se usa para mejorar el sabor de algunos postres y darles una textura esponjosa, como generalmente ocurre con los bizcochos, panes, magdalenas o los bollos. Muchos reposteros usan el buttermilk para ello. Aunque no solo es un ingrediente exclusivo para la preparación de postres, también se suele usar para elaborar salsas y sopas cremosas.
Pero además de esto, el buttermilk también es usado para marinar carnes, ya que sus propiedades permiten que los tejidos se ablanden y como resultado de esto quede mucho más tierna y jugosa.
Sin duda alguna el buttermilk es un producto con muchos usos, solo se necesita ser un poco creativos para poder sacarle el máximo provecho para todos los beneficios que ofrece en la cocina.
