Comerse las uñas es un acto conocido científicamente como onicofagia. Este hábito que afecta tanto a hombre como mujeres, es asociado con la ansiedad y sentimiento de inseguridad.
El hábito de comerse las uñas puede iniciar desde niño y persistir durante la vida adulta.
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Se dice que las personas que tienen este hábito tienden a hacerlo cuando hay dificultades o están en un punto alto de estrés.
La persona que se come las uñas no solo rasga la uña, también se ocasiona heridas y lesiones en los dedos. Sin olvidar que puede incluso tener problemas en la dentadura. Algunos aseguran que al tratarse de un hábito, un acto reflejo que se produce para combatir momentos de ansiedad, la mejor manera de tratarlo es con la ayuda de un psicólogo.
A través de las consultas psicológicas, el paciente pueda crear pautas de comportamiento que favorezcan el control.
En paralelo, también puede recurrir a un odontólogo para que éste confeccione una férula especial que impida que se puedan juntar los incisivos superiores e inferiores e imposibilitar así que se pueda cortar la uña con los dientes.
¿Por qué es importante detener el hábito de comerse las uñas?
Además de tratarse de un hábito que denota inseguridad y refleja un alto nivel de ansiedad, comerse las uñas a la larga genera daños en las manos.
Algunas de las principales consecuencias de comer o morderse las uñas son:
- Lesiones en la piel del dedo y en las cutículas. A través de esto se facilita la infección por bacterias y hongos.
- Deformaciones en las uñas, en los dedos y en la piel alrededor. Esto causa limitaciones por los efectos estéticos.
- Aumento de las posibilidades de desarrollar problemas gastrointestinales, como gastroenteritis y gastritis.
- Dificulta la realización de algunas actividades, como tocar un instrumento musical, dibujar y escribir.
Las uñas tienen su función y es proteger la parte superior de los dedos y como barrera para la entrada de microbios en el cuerpo y en el torrente sanguíneo.
Por tanto es importante mantenerlas limpias y bien conservadas, de esta manera se impide una enfermedad por contacto con microorganismos.
Mecanismos para abandonar el hábito
Aunque es un proceso que se puede tornar complicado, lo más importante es que la persona tenga toda la voluntad para dejarlo. Estar completamente animado y dispuesto a mejorar.
Parte de las soluciones que se puede aplicar para comenzar a prescindir de este hábito es envolver las puntas de todos los dedos con tiritas de modo que se interponga entre la uña y los dientes.
También puede comenzar a mascar chicles sin azúcar. Desde luego esto es algo que no debe ser perdurable, pero es el inicio para calmar la ansiedad.
Sustituir el acto reflejo por una ocupación que exija concentración y que le ayude a olvidarse de las uñas. Es decir ocupar la mente en otro asunto que requiere al 100% la concentración. También puedes hacer ejercicio físico para combatir situaciones de ansiedad.
También cabe la posibilidad de recurrir a un producto de farmacia que es un esmalte de uñas incoloro y muy amargo de sabor, tanto que provocará el rechazo cada vez que una persona que quiera morder las uñas.
Otra opción es mantener las uñas bien cortadas y limadas. De esta manera se evita las puntas que sirven como tentación, evitando el hábito. Además, mantener las uñas bien aseadas y pintadas, semanalmente, con manicure, también es un estímulo más para querer tenerlas bonitas y evitar morderse los dedos.
También puedes tener un cortauñas a la mano siempre, en caso de que tenga ganas de morderse las uñas, lo ideal usar el cortauñas con el objetivo de ir quitando el vicio.
Usar uñas postizas o de gel. Esto a fin de que cubra las uñas y disminuir el impulso de morderlas.
Otra opción es cubrir una o algunas de ellas con un apósito adhesivo, al final de una semana la persona podrá retirarlo y ver cómo la uña quedó más bonita y sana en comparación con las otras.
Psicoterapia y pelota antiestrés
Utilizar como distracción una pelota antiestrés, de esta manera puedes adoptar un nuevo hábito que sustituya el de morder las uñas. Puedes jugar con la pelota antiestrés, una liga o una moneda, son vías para ocupar la mente con nuevas actividades en lugar de comerse las uñas.
Hacer psicoterapia. En algunos casos, el hábito de morderse las uñas puede ser consecuencia de deficiencia nutricionales, como la falta de calcio y/o magnesio, por ejemplo, lo cual lleva a que la persona se muerda las uñas con el objetivo de obtener estos minerales.
Por ello es importante tener una dieta equilibrada, rica en vitaminas y minerales, para evitar deficiencias minerales nutricionales.
Igualmente puede acudir a un especialista para que le indique otras vías y consejos para dejar el hábito de comer o morder las uñas.