Pardo (Manos Unidas): «Ningún ser humano debería tener que elegir entre morir de hambre o de Covid»

La presidenta de Manos Unidas ha advertido de que la pandemia de la Covid-19 no puede provocar el olvido de otras crisis como la pobreza y el hambre que «no se contagia pero mata mucho más» y ha subrayado que nadie en el mundo debería tener que «elegir» entre «morir de hambre o de Covid».

«La pandemia del coronavirus está teniendo un impacto brutal, del que les va a ser muy difícil recuperarse en mucho tiempo. Se habla ya de décadas de retroceso en los planes de desarrollo. ¿Cuántas de estas personas no han tenido que plantearse durante estos meses la disyuntiva de morir de hambre o de Covid? Una elección que nunca debería plantearse un ser humano», ha indicado Pardo.

Según ha precisado, muchas personas vulnerables se han visto «completamente ahogadas» por las medidas de confinamiento decretadas por los diferentes gobiernos. Así lo ha puesto de manifiesto este miércoles 10 de febrero durante la presentación de la 62 Campaña de Manos Unidas que lleva por lema ‘Contagia solidaridad para acabar con el hambre’.

La presidenta de la ONG de la Iglesia católica también ha asegurado que ha seguido «perpleja» el debate de las vacunas y se ha preguntado «dónde ha ido a parar la solidaridad de meses atrás».

Ahora, según ha lamentado, parece que la gente se preocupa más por «los multimillonarios contratos de los futbolistas o los rifirrafes entre políticos» que por el hecho de que «muchos millones de personas no van a poder vacunarse.

«¿Quién se plantea cómo se va a conservar la vacuna en lugares donde la electricidad brilla por su ausencia? Así nos lo explicaban desde Sierra Leona. ¿Cómo van las personas que viven al día, a hacer frente a la vacunación en los países en los que ésta no sea gratuita, como sucederá en India en la segunda fase de vacunación?», ha planteado.

LOS QUE YA ERAN VULNERABLES ANTES DE LA PANDEMIA

Durante la presentación de la campaña también ha intervenido la presidenta de la Asociación Servicios Educativos Rurales (Perú) –a la que apoya Manos Unidas–, Raquel Reynoso, quien ha puesto de manifiesto cómo la pandemia ha mostrado la vulnerabilidad de todos pero más aún la de quienes ya vivían día a día «con problemas muy graves de vulneración de derechos, problemas de alimentación, de empleo».

«Con un 80% de empleos en la informalidad, si las personas no morían por Covid podían morir de hambre si no salían a vender algo para sobrevivir. Hablamos también de familias con problemas de acceso al agua, a la luz, lo cual no les permite contar con un refrigerador para almacenar alimentos para varios días», ha comentado.

Desde la Asociación Servicios Educativos Rurales trabajan con mujeres que arrastran las consecuencias de un conflicto armado interno que dejó alrededor de 69.000 víctimas, y que afectó gravemente a las mujeres campesinas, que sufrieron violaciones y esterilizaciones forzadas.

Según ha explicado Reynoso, las condiciones que provocaron el conflicto armado interno aún no han sido resueltas y han tenido que enfrentarse a la pandemia en situaciones «muy deplorables: niños con altos índices de anemia y desnutrición, comunidades enteras que no cuentan con agua potable».

CONFIDENCIAS EN TORNO A CESTOS DE GANCHILLO

También ha intervenido la responsable de las misioneras combonianas en Oriente Medio y Asia, Alicia Vacas, que trabaja con las mujeres africanas en busca de asilo, que forman el proyecto llamado Kuchinate y a las que Manos Unidas ha apoyado con ayuda de emergencia durante los confinamientos en Tel Aviv, que es donde se ubica el proyecto.

«Son mujeres, son africanas, han sido víctimas de abusos yviolencia, no tienen reconocimiento del gobierno como refugiadas», ha explicado Vacas.

Kutchinate, que nació como un lugar de encuentro entre estas mujeres para tejer juntas cestos de ganchillo, se ha convertido en un proyecto psicosocial que tiene como objetivo el empoderamiento de más de 300 mujeres en situación de vulnerabilidad extrema.

«Desde el punto de vista humano, Kutchinate es un laboratorio de solidaridad. Un ejemplo vivo y eficaz de que otro mundo es posible, de que existen alternativas al miedo, a la exclusión, alinternamiento, a los discursos populistas, racistas, a las miopías nacionalistas», ha subrayado Vacas.

4,6 MILLONES PARA HACER FRENTE A LA CRISIS

Ante todas estas situaciones de vulnerabilidad agravadas por la pandemia, Manos Unidas ha tenido que adaptar programas y estrategias a corto plazo –y, en algunos países, también a medio plazo– para orientar la acción hacia una asistencia humanitaria de carácter urgente, destinando casi 4,6 millones de euros ha hacer frente a esta crisis.

Así, de los 160 proyectos de emergencias aprobados a lo largo del año 2020, 133 se han destinado a emergencias derivadas de la pandemia de COVID-19 en África, Asia y América Latina. Además, en los proyectos ya en marcha se han incluido partidas de mitigación de los daños del coronavirus en unos 200 proyectos de desarrollo.