El escritor Luis Landero, quien publica ‘El huerto de Emerson’ (Tusquets), no cree que en España haya ahora menos libertad de expresión que años atrás, pero sí considera necesario entender que en democracia «siempre va a haber que convivir» con los problemas que genera este derecho.
«Hay problemas que son irresolubles y la libertad de expresión, en dmemocracia, es un problema con el que vamos a tener que lidiar siempre. Tenemos que convivir con esto y sencillamente es lo que hay», ha explicado en una entrevista el escritor, quien ha aludido además al reciente caso del rapero Pablo Hasel, que tendrá que ingresar en prisión por un delito de enaltecimiento al terrorismo.
«Si yo fuera juez no lo condenaría a la cárcel, pero lo que ha dicho Hasel ya no se trata de un pensamiento: no se puede arremeter así impunemente», ha alertado Landero, que no obstante admite «tener muchas dudas» sobre este asunto y prefiere «no opinar a la ligera».
«¿En una democracia se debe admitir el fascismo? No lo sé, pero a lo mejor la democracia se tiene que tragar estos marrones, como se tiene que tragar el marron de Vox. He leído los tuits y las letras de Hasel y ampararse en la libertad de expresión…¿cuáles son los límites? ¿Exaltar el terorismo? ¿Insultar brutalmente a alguien?», ha cuestionado.
En ‘El huerto de Emerson’, Landero vuelve a echar de nuevo la vista atrás a un periodo sobre el que ya ha escrito: la infancia. Los recuerdos de un niño en su pueblo en Extremadura se mezclan con las personas que fueron importantes para él y también con otros nombres, el de grandes autores de las letras que han marcado al escritor.
Kafka o James Joyce son algunos de esos autores que aparecen mencionados en esta obra y, precisamente, al hilo de esto Landero ha sido preguntado por la moralidad asociada a la creatividad. «No podemos pedir a un artista que sea ejemplar, igual que tampoco sabemos si el cirujano que nos va a operar lo es», ha criticado.
«Es ridículo mezclar moralidad y arte, es de un puritanismo ridículo. El artista de hecho no suele ser ejemplar y, aunque lo sea, suele ser una persona un poco rara. ¿Y entonces que hacemos con Verlaine y Rimbaud? A ellos que los juzguen los moralista o la justicia», ha señalado.
Respecto a si cualquier época pasada parece mejor, Landero ha reconocido que «inevitablemente» hay una idealización de la infancia, porque supone «una mezcla de ternura y sentimentalismo». «Lo recordamos a través del niño que lo vivio, es una época feliz de hallazgos y descubrimientos y todo eso hace que te sientas protegido e impune», ha destacado.
No obstante, también ha hablado de la «mágica angustia de la infancia» a la que se refería Antonio Machado, recordando que puede ser además un periodo difícil. Como «complicado» ha calificado este periodo actual debido a la pandemia de coronavirus, aunque Landero haya estado escribiendo o aprovechando el aislamiento.
«No creo que haya motivo de orgullo en nada de este periodo, tan solo si miramos a esa gente que ha perdido a seres queridos y lo han llevado con entereza y dignidad. Lo hemos llevado como las circunstancias han querido y hemos hecho lo que el virus nos ha impuesto. Esto será pasto del olvido», ha lamentado.
El autor extremeño ha adelantado que lleva tiempo trabajando en una nueva obra de la que ya tiene gran parte escrita durante la pandemia, aunque no tratará sobre este asunto. «Estas cosas vienen más tarde. No sé si se escribirá algo, cuentos novelas o ensayos, sobre la pandemia, pero no veo motivo de inspiración», ha concluido.