Si hay un plato del que todo el que se considere español es fan, ese son las croquetas. Para hacer estas rica receta hace falta tener tacto y echar las cantidades exactas. Hay croquetas de todo tipo y de muchos sabores. Incluso las hay bien hechas y mal hechas. Todos hemos pedido una ración pensando que estarían buenas y su masa estaba seca y dura. Y A veces nos hemos pasado con la bechamel y nos han salido líquidas. Pero todo el que las hace lucha contra un elemento que puede ocurrir siempre.
Ese elemento es el de evitar que se abran. Ya sean de jamón, de bacalao, de pollo o de cualquier otra cosa que quieras ponerles, hay que intentar que, en la freidora, no se abran y se echen a perder. Deben estar enteras y crujientes. Por eso mismo, os vamos a dar unos trucos para que las croquetas te queden bien cerraditas para que a la hora de freírlas no se rompan. Así que coge lápiz y papel y apunta tanto cómo freírlas, cómo rebozarlas y qué pequeños trucos hacer para que te queden perfectas, como si de un restaurante se tratara.
5Croquetas: El truco del palo
Hay veces que no tenemos ni termómetro en la sartén ni en la freidora, pero tenemos que echar las croquetas cuando esté todo a la temperatura perfecta. Hay un truco para saber si el aceite está en su punto correcto.
Para saberlo, debes meter un palillo largo de madera. Si está a mínimo 175 grados, al poner la madera, el aceite comenzará a echar burbujas grandes de forma rápida. Ese es el momento exacto en el que debes freír las croquetas.
Si eres de los que aman las masas menos consistentes y más líquidas, vas a tener más opciones de que tus croquetas se abran y se desparramen. Es porque no tienen la consistencia necesaria para conservar su forma. La bechamel debe espesar en su punto adecuado. También deberás congelar la masa durante 45 o 60 minutos y tras esto, formar las croquetas, rebozarlas y freírlas.