Si hay un plato del que todo el que se considere español es fan, ese son las croquetas. Para hacer estas rica receta hace falta tener tacto y echar las cantidades exactas. Hay croquetas de todo tipo y de muchos sabores. Incluso las hay bien hechas y mal hechas. Todos hemos pedido una ración pensando que estarían buenas y su masa estaba seca y dura. Y A veces nos hemos pasado con la bechamel y nos han salido líquidas. Pero todo el que las hace lucha contra un elemento que puede ocurrir siempre.
Ese elemento es el de evitar que se abran. Ya sean de jamón, de bacalao, de pollo o de cualquier otra cosa que quieras ponerles, hay que intentar que, en la freidora, no se abran y se echen a perder. Deben estar enteras y crujientes. Por eso mismo, os vamos a dar unos trucos para que las croquetas te queden bien cerraditas para que a la hora de freírlas no se rompan. Así que coge lápiz y papel y apunta tanto cómo freírlas, cómo rebozarlas y qué pequeños trucos hacer para que te queden perfectas, como si de un restaurante se tratara.
1Freírlas en aceite muy caliente
Para freír las croquetas, lo primero que hacer es tener bien realizada la masa. Cuando la masa esté lista y sea compacta, aunque luego al freír quede más líquida, hay que tener en cuenta cómo freírlas.
Para eso, debe estar el aceite muy caliente. No puedes hacer las croquetas en aceite tibio ya que mojará la masa y no freirá. También debemos usar aceite de buena calidad. También deben estar bien sumergidas, si es por completo mejor.
Lo ideal es usar una freidora para freír las croquetas, así van a estar cubiertas totalmente. También deben hacerse a unos 180 y 190 grados. A esta temperatura, el rebozado se deshidrata y ese es el motivo de quedarse crujiente.