Cuando el clima se vuelve pesado, solemos acudir a buscar alternativas para nivelar todo nuestro ambiente. Sabemos que cuando el aire está muy seco, con baja humedad y bastante calor, podemos llegar a toparnos con algunas molestias o incomodidades, más allá del calor, en la parte de la respiración, pues esto puede resecar nuestras vías respiratorias y dejar flema seca, que podría volverse peligrosa.
Por otro lado, cuando las temperaturas son bajas, también buscamos alternativas más allá de solo un suéter o un montón de colchas. Para ambos casos podemos acudir a una herramienta llamada humidificador, la cual te permitirá lidiar con estos inconvenientes para el salud y bienestar de ti, y de quienes te rodean. Tomando en cuenta que posee múltiples beneficios para la salud. A continuación te mostraremos qué es, sus tipos, sus funciones, entre otras cosas. ¡A por ello!
¿Qué es un humidificador?
Un humidificador es un artefacto que te ofrece la función de aumentar la humedad del ambiente en un espacio o habitación. Este funciona mediante distintos sistemas, donde se coloca agua y esta se va evaporando, donde forma parte del aire del sitio en el cual te encuentres y lo tengas activado. De la mano de este aparato podrás ser capaz de mejorar la humedad de la habitación, además de favorecer a que el aire que estés respirando sea más llevadero para nuestras preciadas vías respiratorias.
¿Para qué puedes usar un humidificador?
Los usos que se le suelen dar son especialmente con la finalidad de restaurar el nivel de humedad relativa cuando en temporadas de altas temperaturas, como en verano, se produce una disminución de ella. Siempre será importante mantener una atmósfera adecuada en nuestros hogares, esto tomando en cuenta dos factores como base: humedad y temperatura. Por otro lado, en épocas de invierno también se suele utilizar como un método de calefacción.
Estos humidificadores te otorgan la oportunidad de mejorar el ambiente a través del aumento de humedad, lo que trae consigo que un menor riesgo de que los microorganismos causantes de algunas afecciones e infecciones del sistema respiratorio proliferen. Aunque es posible humidificar el ambiente de una habitación de forma casera, si tienes la posibilidad es mejor que compres un aparato para ello.
Aunado a lo anterior, se logra que el aire sea menos seco, y esto evita que el mismo produzca irritaciones en la zona de la garganta y a piel, además de picor en los ojos, entre otras afecciones comunes, principalmente en bebés y adultos mayores. Por último, cabe destacar que este aumento de humedad producido por un humidificador permite que la superación de los resfriados sea más sencilla, si se cumple con un porcentaje de humedad entre el 40 y 60.
¿Cuáles son los tipos de humidificadores?
En cuanto a los tipos de este artefacto, podemos categorizarlos de tres formas, según su modo de trabajo:
Humidificadores fríos (ultrasónicos):
Este tipo produce nebulización en el agua por medio de vibraciones de frecuencia bastante alta. Son silenciosos y además de muy bajo consumo eléctrico (usualmente apenas entre 20W y 35W). Cabe destacar que para su uso, solamente está permitida la utilización de agua, y prohibida la adición de cualquier otro aditivo extra. Se utiliza principalmente para alcanzar la restauración de la humedad relativa durante largos periodos temporales, mientras que mantener su higiene cada cierto tiempo es bastante necesario.
Humidificadores calientes (de electrodos):
Producen vapor a través de la ebullición del agua que se utiliza. El proceso se lleva a cabo gracias a que el agua es calentada por la corriente que pasa a través de ella. Estos pueden llegar a ser más peligrosos, ya que el vapor expulsado sale a una mayor temperatura que la del ultrasónico, además, su consumo de energía es más alto. Su caudal de salida no es regulable y dependerá en gran parte de la dureza del agua.
Cabe destacar que mientras más alto sea el contenido de sales en el agua, mayor será la conductividad de corriente eléctrica que poseerá, y por lo tanto, la cantidad de vapor generado será más intensa. A este tipo de humidificador si podrás añadirle aceites balsámicos, a la salida del vapor, mas no al agua. Este tipo de funciones lo hacen de gran utilidad, principalmente para momentos donde se requiera su uso por un corto plazo como motivos patológicos o dificultades al momento de respirar, flemas difíciles de expulsar. Principalmente cuando estos casos se dan en niños pequeños o bebés.
Humidificadores calientes (evaporación):
Estos últimos producen un caudal menor de vapor, que tampoco es regulable y que además funcionan solo con agua destilada. Estos funcionan gracias a una mecha que mantiene su humedad por capilaridad, y que a su vez, se calienta a través de un calefactor que funciona con electricidad. Si el agua posee sales, esto hará que la mecha se obture de una forma más fácil.
En este tipo de humidificadores también se puede hacer uso de aceites balsámicos en la salida del vapor, sin embargo, no será tan eficiente como el humidificador de electrodos. Este es el modelo menos utilizado por los consumidores.
Consejos para el uso de los humidificadores
- Te recomendamos usar el humidificador de vapor frío, principalmente si se quiere usar en niños, pues los humidificadores de vapor caliente pueden llegar a ser peligrosos, ya que al acercarte mucho son capaces de causar quemaduras.
- Trata de vaciar y limpiar tu humidificador a diario, así evitarás que las bacterias se multipliquen en el agua estancada.
- Ubica tu humidificador a una distancia de aproximadamente 2 metros de distancia de tu cama.
- No utilices el humidificador por demasiado tiempo continuo. Además, intenta programarlo a una humedad entre 30 y 50 por ciento. Esto te lo aclaramos ya que si las superficies (paredes, techo, suelo, etc) de tu habitación pasan mucho tiempo a alta humedad, podría provocar la proliferación de hongos y moho, lo que podría generar problemas respiratorios.
- Si puedes utilizar agua destilada, por encima de agua de llave, mejor. Pues el agua de la llave posee minerales que podrían acumularse en el vaporizador, y a futuro, generar polvo que sería expulsado por el mismo aparato, lo que podrá desencadenar problemas para respirar.