El próximo 12 de febrero Dani Rovira aterriza en Netflix con ‘Odio’, un monólogo de más de una hora de duración en el que el cómico y actor malagueño repasa con «sarcasmo» e «ironía» sus más variopintas filias y sus fobias en un espectáculo en el que, además de las toneladas de humor propias de la ‘stand up comedy’, el espectador encontrará un «extra» en forma de «emoción contenida», «buen rollo» y espíritu «reconciliador».
«Garantizo que el que siente en casa a verlo se va a reír muchísimo. La risa es una cosa descontada, que está en mi AND, pero en este monólogo el público se va encontrar un extra», dice Rovira en una entrevista en la que augura que este espectáculo «va a hacer pensar a la gente».
«Van a terminar con una sensación muy bonita, reconciliadora, con espíritu de intentar ser un poquito mejor», afirma el humorista que señala que, a pesar de el título del espectáculo indique lo contrario, el mensaje final es de «amor» y «buen rollo». «Lo he titulado ‘Odio’ porque la ironía, el sarcasmo y el doble sentido siempre tienen que estar presentes en el humor, pero sin eso… el espectáculo seguramente se hubiera llamado ‘Te quiero’ o ‘Te amo'», subraya.
‘Odio’ es un monólogo de más de una hora de duración que fue grabado en directo en el Teatro Soho Caixabank de Málaga el pasado mes de noviembre, en plena pandemia. Fue allí, en su tierra, donde tras superar un cáncer Rovira volvió, nueve meses después, a subir a un escenario. «Fue muy emocionante, de las entradas más emocionantes que he tenido a un escenario nunca», rememora el actor que, además de aquella magnífica sensación recuerda cómo las restricciones de la pandemia, por aquel entonces de la denominada segunda ola, pusieron el espectáculo en jaque y estuvieron a punto de hacer que «tiraran la toalla».
«A cuatro o cinco días de grabar la Junta de Andalucía nos cambió las normas, toque de queda, aforo, horarios… Pero me sentí muy apoyado por todos así que lo sacamos adelante (…) Veníamos con una mochila de muchísimos meses y la entrada a ese escenario fue mucho más que la de otro monólogo de Dani Rovira, había mucha emoción contenida», recuerda.
EL ELEFANTE EN EL SALÓN
«El espectáculo tiene patina de emoción constante una porque venimos de donde venimos», insiste Rovira que, en todo caso, reconoce que salvo un pequeño bloque inicial en el que «hay que mencionar el elefante que todos tenemos en nuestro salón», no a alterado mucho el texto, escribo mucho antes de la pandemia y de su enfermedad, con todo lo que ha pasado en estos últimos meses.
«El mensaje, que estaba escrito antes de la pandemia, ahora tiene muchísimo más sentido. Tiene plena vigencia. El 95 por ciento es el mismo espectáculo que yo contaba antes de que estallase ‘la Tercera Guerra Mundial'», afirma con ironía Rovira que también se empeñó en hacer «un homenaje a la gente que está luchando no solo contra pandemia sino también contra el cáncer» incluyendo en el show la canción ‘Eso que tú me das’, el último tema del fallecido Pau Dones y que, reconoce, «ha marcado el último año» de su vida.
Pero además de esta emoción y ‘buenrollismo’ en ‘Odio’ Rovira también lanza dardos a los políticos, a la gente con perro, a la gente con gato, a la que usa aplicaciones para ligar, a Messi, a Antonio Banderas… y sobre todo a los ‘haters’. «En esta época, en la época de los ‘ofendiditos’, también les mando un mensaje bastante claro», dice el cómico que sostiene que ‘hater’ ni nace ni se hace, sino que «se deshace él mismo en su propia mierda».
Para Rovira esa gente que carga contra todo y contra todos, que vive con el cuchillo entre los dientes esperando el momento para descargar su odio, no son más que «personas con carencias afectivas y emocionales» que solo buscan «llamar la atención». «Si pudiéramos tener un cara a cara y tomar un café con cada uno de ellos, seguro que no son tan ‘haters’. Se hacen fuertes cuando tienen un escudo como una red social, una pantalla o incluso un coche», sostiene el actor que asegura que, en su afán por «soltar toda la mierda que tienen y que le hagan un poco de caso», esos heraldos del odio hacen mucho más ruido que «la buena gente».
«Esto pasa ahora con la pandemia y ya pasaba antes con todo… La gente que es gilipollas, era gilipollas antes y es gilipollas después. Lo que pasa es que el gilipollas hace mucho más ruido», proclama Rovira que asegura que «en España parece que hay más gilipollas de los que realmente hay» precisamente porque «hacen mucho ruido».
CULTURA SEGURA
La gente que hace el bien, que van como hormiguitas sumando no hacen ruido, no captan portadas», afirma el actor que reconoce que la situación actual de la cultura le genera cierta sensación de «impotencia y frustración. Y es que con las cifras en la mano, recuerda, se demuestra que «el cine, el teatro, el circo, los museos… son lugares muy, muy seguros porque hay un control acojonante».
Eso sí, Rovira matiza que «cada uno depende a lo que se dedique tiende a defender su sector» y cree que «ya hay bastante gente opinando» sobre una situación extremadamente compleja y ante la que no se atreve a dar lecciones sobre cómo se deben hacer las cosas.
«En la cultura estamos jodidos, pero también la hostelería o los que organizan bodas. Esto es un problema mundial que afecta a todos los estratos de la sociedad y es normal que haya incoherencias o incongruencias. Es frustrante, pero tampoco quisiera estar en el papel de quien toma las decisiones porque nadie está absolutamente preparado para esto», concluye.