Después de tres meses en el más absoluto de los silencios, Isabel Pantoja estallaba y, a través de su abogado, enviaba al programa «Sálvame» un comunicado para desmentir rotundamente la existencia de paraísos fiscales donde pueda tener fondos económicos a espaldas de su hijo Kiko Rivera, como se ha rumoreado en los últimos días.
Un golpe en la mesa por parte de la tonadillera, que también ha negado presuntas irregularidades económicas en la venta del chalet «Mi Gitana» – que se produjo cuando estaba en prisión – y en el además Pantoja ha advertido que se reserva el derecho a emprender medidas legales para defender su honor
Horas después de que la cantante emitiese el comunicado, Kiko Rivera llegaba a Sevilla para reencontrarse con Irene Rosales y sus hijas Ana y Carlota, después de estallar en redes sociales y asegurar que no concedería más entrevistas porque la guerra con su madre le está pasando factura a todos los niveles y no puede más.
Muy serio, cabizbajo y cumpliendo con su palabra de no volver a hablar, el Dj camina a paso apresurado y evita pronunciarse acerca del comunicado emitido por su madre, dejando claro que va a continuar en la línea de apartarse de todo aquello que le hace daño, empezando por el enfrentamiento público con la tonadillera.
Sin mediar palabra, Kiko tampoco se pronuncia sobre el revuelo que se ha creado después de que el pasado domingo asegurase que su tío Agustín contaba que José Luis Moreno le había «robado» la idea de «La que se avecina». Y es que, tras las palabras del Dj, tanto el productor como el creador de la serie, Alberto Caballero, han desmentido tal cosa y han llamado al hermano de Isabel Pantoja «imbécil». Algo sobre lo que, sin embargo, el marido de Irene Rosales ni se inmuta.