Las mujeres retratadas por el pintor Joaquín Sorolla –desde sus admiradas pescadoras valencianas a su mujer e hijas, pasando por personajes mitológicos y estrellas del teatro de la época– habitan el centro cultural de la Fundación Bancaja de València gracias a la exposición ‘Femenino plural’.
Se trata de una selección de más de medio centenar de piezas –algunas de las cuales, pertenecientes a colecciones particulares, se exhiben por primera vez al gran público– que dejan constancia de la «abundante» presencia femenina el la producción del artista. No fue Sorolla, obviamente, un autor «feminista», pero sí un hombre con una mirada «positiva» de la mujer y «sensible» hacia aspectos como su acceso a la educación.
Así lo han recalcado las comisarias de la muestra, Lorena Delgado y Consuelo Luca de Tena, que han presentado la muestra en una rueda de prensa híbrida –formato presencial y online– junto a la presidenta de la Comisión Permanente de la Fundación Museo Sorolla, Blanca Pons-Sorolla; el director del Museo Sorolla, Enrique Varela; y el presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón.
‘Sorolla. Femenino plural’ es una coproducción entre la fundación valenciana, el Museo Sorolla y la Fundación Museo Sorolla que ya cosechó «un gran éxito» en Madrid y que ahora desembarca en València con una nueva sección dedicada a las escenas familiares del artista y algunos cuadros que no se pudieron ver en la capital de España.
De este modo, hasta el próximo 30 de mayo está previsto que el visitante del centro cultural pasee entre más de 50 obras procedentes de instituciones y fondos como el Museo y la Fundación Sorolla, Fundación Bancaja, Museo del Prado, Diputació de València, Museu de Belles Arts de València, Universidad Complutense, Colección Abelló, San Sebastián Galería Kur, Colección BBVA, Colección Pedrera Martínez y Colección Álvarez de Miranda.
Las mujeres de Sorolla –que protagonizan un «juego de espejos» en el que el artista reflejó a estas protagonista que, a su vez, ofrecen una visión de la época– atesoran muchas de las virtudes tradicionales que se pedían a las féminas del momento –trabajadoras, hacendosas, limpias y devotas–, pero también exaltó cualidades como la valentía y la fuerza.
Todas ellas componen un fresco en el que se dan cita diferentes clases sociales y en el que hay pocas mujeres «peligrosas» o «fatales», han hecho notar las comisarias, que comparan la actitud más positiva del pintor hacia el universo femenino que la que tuvo, por ejemplo, su amigo el escritor Vicente Blasco Ibáñez.
No obstante, ambas especialistas aclaran que Sorolla no fue un pintor feminista. No hay una mirada reivindicativa en estos cuadros, sino una presentación de realidades de su época. La vida del pintor de la luz coincidió con los inicios del movimiento feminista en España, aunque este era todavía muy minoritario: la mujeres españoles tenían un nivel cultural muy bajo, pocas accedían a la educación secundaria y la universidad les estuvo prácticamente vetada hasta 1910. De hecho, cuando Sorolla murió en 1923 aún quedaban ocho años para el reconocimiento del derecho a voto de la mujer.
«Cuando decimos que no era un pintor feminista, queremos decir que no era un pintor que tuviera una preocupación reivindicativa sobre la situación de la mujer. Pintaba lo que se encontraba. Pero realmente sí era un hombre con una gran sensibilidad por el mundo femenino», ha comentado Lorena Delgado, que ha recordado que sus hijas estudiaron en la Institución Libre de Enseñanza y tuvieron una educación artística.
NO HAY «MILITANCIA» PERO SÍ «SENSIBILIDAD»
La comisaria agrega que el artista fue «un partidario absoluto de la educación de la mujer». «No de una forma militante –precisa–, pero indudablemente, del concepto feminista que nosotros tenemos ahora como alguien que tiene una sensibilidad que por los derechos y, sobre todo, la educación de las mujeres, estoy segura de que Sorolla estaba realmente convencido».
Un total de cinco apartados integran la exposición. Arranca con ‘Historia, mitología y otros pretextos’, donde la mitología sirve a Sorolla para realizar desnudos femeninos muy sensuales al principio y que paulatinamente van perdiendo ese «fuego juvenil» para virar hacia un mayor academicismo y virtuosismo técnico, explica Luca de Tena.
‘Mujeres del pueblo’ es el título de la segunda sección, en la que, por una parte, hay figuras de mujeres campesinas y abnegadas –el tópico del «ángel del hogar»— y, por otra, se aprecia la irrupción del realismo social con obras como ‘Trata de blancas’, donde el autor aborda el tema de las mujeres «caídas» desde una mirada «compasiva y nada melodramática».
En ‘Trabajadoras y madres’ –la parte «más auténtica» de la producción del creador, según la ha definido la comisaria– aparecen las heroínas populares de Sorolla, especialmente las pescadoras valencianas vigilando a sus niños o esperando la llegada de las barcas para ira vender la captura del día.
ESCENAS FAMILIARES
‘Elegantes y modernas’ reproduce a mujeres de la alta sociedad alas que retrató Sorolla y también a otras que pudieron ser independientes gracias a su trabajo, como la actriz María Guerrero. Culminan el recorrido las ‘Escenas familiares’ en las que Sorolla captó momentos de su cotidianeidad con su esposa, Clotilde, e hijas.
Durante la presentación, Blanca Pons-Sorolla ha confiado en que esta nueva relectura de la obra del pintor sea recibida en València de nuevo con ilusión y cariño, «algo que emociona a su familia», ha afirmado.