En artículos anteriores hemos visto las últimas novedades sobre Ibai Llanos, y en este vamos a ver el acoso y otras situaciones negativas que está viviendo. También hablábamos de su alegato contra la «gordofobia» que sufre en sus propias carnes. Este pasado 2020 ha sido sin duda, uno de los más exitosos de su corta carrera, ya que además de los premios y reconocimientos, ha organizado importantes eventos durante el confinamiento y ha batido varios récords en Twitch. Principalmente por esto, el streamer es una de las personas más famosas y conocidas en las redes sociales y para los jóvenes de nuestro país, ya que posee miles de seguidores. Todo lo bueno tiene un lado malo, e Ibai ya lo está sufriendo, en este caso en su propia casa.
Hace varios días, Ibai publicó un vídeo en su cuenta de Twitter en el que hablaba de un hecho que ya lleva sufriendo muy a menudo desde hace meses, y es que varios de sus fans se presentaban en la puerta de su antigua casa y se dedicaban a tocar el timbre para tomarse una foto con él.
Vamos a ver las situaciones de acoso que está viviendo Ibai Llanos:
2Acoso en su propio domicilio
Como comentábamos al inicio, Ibai publicó un vídeo en su cuenta de Twitter en el que hablaba sobre el acoso que está sufriendo por parte de los fans en las mismas puertas de su casa. Según ha dicho el streamer, lo que más le ha molestado es que esas personas cotilleen lo que hace mientras está en la cocina de su casa o que empiecen a llamar a sus perros mientras están sueltos en el jardín. El streamer decía lo siguiente: «En ese momento tengo que estar también preocupado por que los perros estén en el jardín de mi casa o de nuestra casa».
Ibai comenzaba su vídeo siendo muy sincero y hablando de que este hecho no solo le afecta a él: «Os quiero hablar de lo que ha pasado hoy porque ya me está tocando bastante los cojones, sobre todo cuando afecta a otras personas que no soy yo. Creo que hay límites que no hay que superar».
El streamer ha sido muy sincero y comentaba que no está cómodo con la situación, que ha explicado de la siguiente manera: «hay ocho chavales gritando en nuestro portal, los cuales, además de gritar, tocan el timbre, seis, siete, ocho veces…«. También ha admitido que es incómodo porque: «nosotros tenemos una ventana que da a la calle, entonces si tú te pones en la calle a investigar ves qué hacemos en la cocina».
