La diálisis es aquel proceso artificial mediante el cual se extraen los productos de desecho y el exceso de agua del organismo. Este proceso es necesario cuando los riñones no funcionan de forma correcta.
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La diálisis es necesaria para diferentes motivos, pero mayormente por la incapacidad de los riñones para filtrar los productos de desecho de la sangre. La funcionalidad renal puede disminuir rápidamente o bien los riñones pueden perder lentamente su capacidad de filtrar los productos de desecho.
Muchos médicos recomiendan la diálisis cuando los análisis de sangre muestran que los riñones ya no pueden filtrar adecuadamente los productos de desecho y su acumulación genera problemas.
Mientras que para las personas con enfermedad renal crónica, la diálisis puede utilizarse como una terapia a largo plazo o como una medida temporal hasta que el paciente pueda recibir un riñón trasplantado.
La diálisis a corto plazo o la de urgencia también pueden utilizarse para eliminar líquidos, determinados fármacos o venenos del organismo.
Motivos para diálisis
Los médicos deciden someter a una persona a diálisis cuando la insuficiencia renal está provocando ciertos trastornos:
- Alteración en la actividad cerebral (encefalopatía urémica)
- Otros síntomas graves, como pérdida de apetito o vómitos y pérdida de peso
- Inflamación de la envoltura del corazón
- Exceso de ácidos en sangre que no disminuye a pesar de otros tratamientos
- Insuficiencia cardíaca
- Hipervolemia total
- Sobrecarga de fluido en los pulmones (edema pulmonar) que no responde a otros tratamientos
- Concentración muy elevada de potasio en sangre
- Concentración elevada de calcio en sangre
- Función renal muy reducida
Tipos de diálisis
Hay dos métodos de diálisis, la hemodiálisis y la diálisis peritoneal.
Cuando hablamos de la hemodiálisis es donde se extrae la sangre del organismo y se bombea con una máquina hacia un dializador. Este filtra los residuos metabólicos de desecho de la sangre y devuelve la sangre purificada al organismo.
La cantidad total de líquido se puede ajustar y se puede eliminar el exceso que se acumula durante la insuficiencia renal.
En esta técnica suele unirse la arteria radial del antebrazo con la vena cefálica en el antebrazo. Posteriormente, la vena cefálica se agranda y la corriente sanguínea a través de ella aumenta, con lo que se consigue que la vena sea adecuada para la punción repetida con una aguja.
Durante el procedimiento de hemodiálisis, se utiliza heparina, un anticoagulante que evita que la sangre se coagule en el dializador. Dentro del dializador, una membrana porosa artificial separa la sangre del líquido. El líquido, los productos de desecho y los electrólitos de la sangre se filtran por la membrana hacia el dializado.
Una sesión de diálisis dura por lo general entre 3 y 5 horas. La mayor parte de las personas que padecen enfermedad renal crónica necesitan someterse a una sesión de hemodiálisis 3 veces por semana.
La complicación más frecuente de la hemodiálisis es la hipotensión arterial durante o poco después de la diálisis. Los afectados al iniciarse la hemodiálisis, pueden sufrir calambres musculares, prurito, náuseas y vómitos, así como cefaleas y dolor en el pecho y en la espalda.
Dolor
- Enrojecimiento o calor
- Roturas en la piel cercana
- Hematomas
- Sangrado prolongado desde la zona de la fístula
- Bulto que crece rápidamente (en pocos días o menos) sobre el injerto o fístula
- Pérdida de la sensación vibratoria o de pulso que la zona del injerto o fístula tiene normalmente
- Hinchazón
Peritoneal
El peritoneo es una membrana que recubre la cavidad abdominal y cubre los órganos abdominales. En la diálisis peritoneal, esa membrana actúa como filtro.
El peritoneo dentro de la cavidad abdominal puede filtrar con facilidad las sustancias que provienen de la sangre. Se inyecta un líquido por un catéter que penetra a través de la pared abdominal hasta el espacio peritoneal, dentro del abdomen.
Dicho líquido debe permanecer en el abdomen el tiempo suficiente para que los productos de desecho procedentes del torrente sanguíneo pasen lentamente a su interior. Luego se extrae el dializado, se desecha y se reemplaza por otro nuevo.
La diálisis peritoneal se puede realizar utilizando una máquina llamada diálisis peritoneal automatizada o bien sin ella usando técnicas manuales.
Las técnicas automatizadas de diálisis peritoneal se dividen en tres subcategorías:
- La diálisis peritoneal cíclica continua consiste en un tiempo de permanencia diurno largo (de 12 a 15 horas) y de 3 a 6 intercambios nocturnos que realiza una máquina cicladora automatizada.
- En la diálisis peritoneal intermitente nocturna la máquina cicladora realiza intercambios durante la noche mientras que la cavidad peritoneal queda sin líquido dializador durante el día.
- La diálisis peritoneal tidal es una modificación en la que parte del líquido dializador se deja en la cavidad peritoneal de un intercambio al siguiente. Esta diálisis puede realizarse con tiempo de permanencia diurno o sin él.
Algunas personas requieren una combinación de diálisis peritoneal ambulatoria continua y diálisis peritoneal cíclica continua.