El Real Madrid sigue su camino inflexible hacia otra temporada más en la que Zinedine Zidane continúa al mando del banquillo, pero sigue sin aportar nada de su sapiencia al estilo de juego que trata de imprimir el equipo en el campo. Cierto es que bajo su tutela se han conseguido éxitos impresionantes, como esas tres Champions League de forma consecutiva; no obstante, la realidad indica que ese equipo que obtuvo esa gloria ya se está haciendo algo mayor y necesita ese relevo natural que al final toda escuadra debería tener. La cosa es que con el francés en el banquillo esa situación no se da y son cada vez más seguido los jóvenes que salen despavoridos al ver que el entrenador blanco no les da la más mínima oportunidad de probar su talento.
Martin Odegaard se convierte en uno más de una larga lista de aspirantes que han tenido que salir del Real Madrid en busca de esos minutos que Zidane les niega. Si bien es extraño debido a que el mismo estratega galo fue quien lo llamó y lo convenció para que volviera antes de tiempo de su cesión con la Real Sociedad; también es el mismo que no lo ha dejado jugar mucho. Parte de la culpa la tiene Zidane y su falta de confianza; pero la otra es un tridente que no ha logrado desbancar nadie: el de Luka Modric, Toni Kroos y Casemiro. Esos tres se han erigido como pilares para Zidane; pero ahora que deberían descansar más, este no suele darle esa posibilidad a los jóvenes para que los ayuden a dosificarse. Ya son muchos los que se han ido al no poder quitarles el puesto.
2Kovacic se cansó de las preferencias de Zidane
Otro de los que tuvo que batallar arduamente contra Modric, Kroos y Casemiro fue Mateo Kovacic. El croata arribó al Real Madrid de la mano de Rafa Benítez, pero tras la salida de este fue con Zidane con quien, paradójicamente tuvo más oportunidades de jugar. Para Kovacic no fue fácil, pero en su figura el entrenador francés encontró un suplente perfecto para las tres posiciones del mediocampo en ese esquema de 4-3-3 que es su favorito. Aunque no llegaba a la calidad de ninguno de los tres, si que tiene características que lo hacían destacar en cualquiera de sus posiciones: buen pase, repliegue, manejo de balón y capacidad a la hora del quite.
Después de tres temporadas cumpliendo a cabalidad las órdenes de Zidane, el croata aspiraba a que por fin le dieran un papel más protagónico; porque si bien se alegraba de los éxitos del club, con las tres Champions League consecutivas como estandartes, lo cierto es que quería intervenir de forma más directa en ellos. Ya al ver otra final de la Copa de Europa desde el banco decidió que era su hora de salir y el club lo cedió al Chelsea que en el 2019 logró ficharlo de forma definitiva. Así Kovacic se convirtió en otro de los que deja el Real Madrid sin siquiera toserle cerca a ese tridente del mediocampo.