Iñaki Urdangarín consiguió el tercer grado penitenciario hace dos semanas, recuperando poco a poco la «normalidad» y disfrutando de su ansiada semilibertad después de dos años y medio en prisión en régimen de aislamiento. Para ello, además de acreditar que posee un empleo – en el Hogar Don Orione – el exduque de Palma ha tenido que presentar un domicilio de arraigo, aunque regrese cada noche al Centro de Inserción Melchor Rodríguez García para pernoctar. Y este no es otro que el de la Infanta Elena.
Así, aunque se rumoreó que Urdangarín presentaría la casa de su hijo Juan como su dirección de referencia – incluso se afirmó que el primogénito de Doña Cristina se habría mudado a Madrid para facilitar el tercer grado penitenciario de su padre – hemos descubierto que nada hay de cierto en esta información y que es el domicilio de su cuñada el que ha presentado como suyo para obtener la semilibertad.
La Infanta Elena, demostrando la buenísima relación que le une no sólo con su hermana sino también con Don Iñaki, le ha abierto de par en par las puertas del piso en el que vive, con Victoria Federica y Froilán en el madrileño barrio de Retiro, y allí es a donde el yerno del Rey Juan Carlos acude puntualmente cada tarde tras concluir su jornada en el Centro Don Orione. Pero no de visita, sino porque desde hace 14 días es, también su casa y la dirección que Instituciones Penitenciarias tiene como domicilio de arraigo de Urdangarín.
Anoche, poco antes de regresar al CIS de Alcalá de Henares para pernoctar, pudimos ver nuevamente al marido de la Infanta Cristina – que desconocemos si continúa en Madrid al lado del vitoriano o si ha regresado a Ginebra – abandonando por el parquing la casa de Doña Elena que, como podemos afirmar, será su nuevo hogar en los próximos meses.