Hubo un tiempo, durante el confinamiento domiciliario de la primera ola de la pandemia, en el que la harina se convirtió en un bien casi de lujo. La gente, aburrida, optaba por este básico ingrediente para probar inventos culinarios que no había intentado antes. Ni en el Aldi, ni en el Carrefour ni en El Corte Inglés. ¡No había dónde encontrar nuestras harinas!
Y es que la harina es uno de los ingredientes más utilizados en cualquier receta de repostería, pan o masa. Al multiplicarse la demanda, muchos supermercados se quedaron sin existencias. Ahora que ya se han repuesto podemos acudir sin problema a nuestra superficie habitual de compra y adquirí la nuestra. Pero, ¿cuál es la mejor entre todas las que hay en el supermercado? La Organización de Consumidores y Usuarios así te lo explica.
3HARINA INTEGRAL: MÁS JUGOSIDAD
Con esta harina los resultados no son muy distintos a los obtenidos con las harinas para repostería. De hecho, los bollos resultan más jugosos, consecuencia natural de su alto contenido en fibra: un 10% de media frente a un 3% de las harinas para repostería y al 4% de las harinas normales.
Del mismo modo, son ligeramente más ricas en grasas insaturadas, lo que también las convierte en harinas más saludables. En su contra, que el bollo sube menos y el sabor es ligeramente distinto, que no peor al que estamos acostumbrados. Entre las analizadas la mejor para repostería es la harina Gallo de grano entero de trigo (1,14 €/kg).