El ‘timo’ de las bolsas de patatas fritas rellenas de aire

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Una de las grandes preguntas de la humanidad es sobre por qué las bolsas de patatas fritas van rellenas de aire. Cuando abres una, lo primero que piensas es en el timo que te supone pagar un precio por una bolsa medio vacía. A todos nos ha pasado el llegar con un hambre de mil demonios, abrir la bolsa y poder meter la mano casi hasta el codo para encontrar unas de las pocas patatitas. Ese sentimiento de desamparo que te da el ver que ya ni hasta la mitad. Incluso en las bolsas más pequeñas podrías contar las patatas que vienen con los dedos de dos manos.

Dejamos aparte el debate de si son aperitivos para picar entre hora sanos o no. Este está resuelto de hace mucho, no lo son. Pero aún así, seguimos consumiendo estas ricas bolsas de patatas fritas. Vamos a intentar explicarte el timo de por qué no van rellenas completamente. Todo se puede explicar desde un punto científico. Lo que está claro es que, aunque te quejes porque solo viene media bolsa llena y el resto es aire, sin ese aire, tu bolsa no estaría tan sabrosa ni tan bien conservada. Vamos a darle una explicación a ese “timo”.

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Cómo conservar las patatas fritas

A veces las bolsas de patatas fritas son tan grandes que no puedes comerte todas en una sola sesión. Es por eso que hay ciertos trucos para poder conservarlas sin que se tornen rancias y sin que pierdan el crujiente y su frescura.

Lo primero de todo es comerlas poco después de abrirlas. Ya sea al día siguiente o a los dos días. Si dejas que pase mucho más tiempo, al final se echan a perder. También debes abrir el paquete cuidadosamente. Así podrás cerrarlo doblándolo sobre sí mismo y sin mayor problema.

También debes intentar sacar todo el aire que haya dentro cuando las cierres. Así no permitirás que el oxígeno oxide y rancie las patatas. Si se han quedado blandas, mételas en el micro 1 minuto, y al sacarlas estarán crujientes de nuevo.

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