La renta per cápita es uno de los indicadores económicos más importantes de un país. Esta se encarga de medir la relación existente entre el Producto Interior Bruto (PIB) y el número de habitantes de un país.
Como es sabido, el PIB es el valor de los bienes y servicios que genera la economía de un determinado país en un año. Por lo tanto la renta per cápita será el resultado de dividir el PIB entre el número de habitantes, por lo que se habla mayormente del PIB per cápita.
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Este indicador funciona para poder conocer y hacer una comparación entre los diferentes países de manera ‘equivalente’.
Claro está que como cada país tiene una moneda diferente, así como un número de habitantes variado, es necesario establecer una medida que sea equivalente para todos.
Por lo tanto, se dice que el objetivo de la renta per cápita es obtener un dato que muestre el nivel de riqueza o bienestar de un territorio en un momento determinado.
La renta per cápita a su vez funciona para mostrar las diferencias en cuanto a condiciones económicas de los diferentes países.
Orden de países según su renta per cápita
Como ya lo mencionamos, es necesario establecer una medida equivalente entre todos los diferentes países.
Según la renta per cápita y de acuerdo al banco mundial, los países de clasifican en función de su riqueza, desglosándose en:
- Países de renta baja (por debajo de 755 dólares per cápita)
- Países de renta media (756-9.625 dólares per cápita). A su vez es posible hacer una subdivisión entre renta media-baja y renta media-alta, siendo ese límite de 2.995 dólares per cápita.
- Aquellos países de renta alta (por encima de 9.625 dólares per cápita).
Es preciso aclarar que muchas veces este orden a través de la renta per cápita no se cumple por diversos motivos. Pues muchas veces no todo lo que se consume o produce es declarado.
Otra razón es que normalmente hay grupos de personas que tienen mayor poder adquisitivo que el resto, así como hay grupos de personas que se encuentran muy por debajo de la medida.
Por lo que este orden mayormente funciona para realizar análisis en cómputos que son globales , pero que no se pueden afirmar que son y que ocurren realmente.
También hay que tener en cuenta que a diferencia del PIB, la renta per cápita se caracteriza por su simplicidad a la hora de poder calcularla. Un hecho que es posible gracias a que todos los países usan variables y criterios bastante similares.
El análisis por renta per cápita como ya lo hemos mencionado, muchas veces no se cumple por diversos motivos. Por lo que en la actualidad utilizan otros conceptos para medir la riqueza como es el caso del índice de Desarrollo Humano (IDH).
Dicho indicador analiza parámetros como: la duración de una vida larga y saludable, la educación y el nivel de vida digno.
Fórmula de renta per cápita
Cabe destacar que el PIB que suele emplearse para calcular ingresos per cápita es el expresado en términos nominales. Es decir, que se utilizan los precios vigentes de los bienes y servicios producidos en un periodo y no precios constantes como en el PIB real.
Sin embargo, es a menudo un ratio que se discute debido a que no aporta la información suficiente, como ya mencionamos anteriormente. Esto porque descarta importantes aspectos como la desigualdad en el reparto de riquezas o la educación.
Existe una relación directa entre el nivel de renta y la sanidad, la educación y el desarrollo, pero no siempre la renta per cápita puede mostrar de manera absoluta y veraz el auténtico nivel de vida de un ciudadano en un país determinado.
Por lo tanto, se dice que la magnitud no expresa del todo la realidad en situaciones de desigualdad o descontento social. En especial cuando hay situaciones en las que la economía de un país crece, pero esta mejora macroeconómica no siempre se refleja en la calidad de vida del ciudadano ni en su poder adquisitivo.
Los fallos en cálculos
Es sabido que hay fallos en cuanto al cálculo de esta magnitud, por ello se dice que lleva cierta problemática al no mostrar la realidad de la situación de los países sobre los que se calcula:
La renta per cápita no refleja las desigualdades económicas entre los individuos. Por tanto este indicador da por hecho que todos los habitantes del país tienen el mismo nivel de riqueza cuando realmente no es así.
También hay fallos cuando engloba gastos externos que realmente no influyen en el bienestar social, y por ello no es un indicador real.
Otro fallo es que deja fuera otros aspectos como el malestar social que causa la polución u otros aspectos sociales que afectan directamente sobre el bienestar social.
Como muchos indicadores siempre hay que tener cuidado con los resultados pues no dan del todo la realidad de un país.