La historia del FC Barcelona la han escrito grandiosos jugadores a lo largo de la historia, pero ninguno como Lionel Messi. El argentino, junto a Cristiano Ronaldo, ha marcado un antes y un después en el fútbol mundial; pero ese hecho se ha visto acentuado en el conjunto azulgrana que ha visto como su salda de trofeos ha aumentado desde que fueron bendecidos con la llegada de ese pequeño rosarino que necesitaba un tratamiento de crecimiento que nadie quería pagar; ellos se arriesgaron a financiarlo mientras se criaba en La Masía y ese simple trato ha significado el mayor éxito de toda su historia como institución. En la actualidad Messi es el capitán azulgrana y principal baluarte del equipo; no obstante, desde el 1 de enero puede negociar para irse a cualquier equipo debido a que el 30 de junio finaliza contrato, un hecho que tiene a todos atónitos.
Que Messi pueda irse del Barcelona es algo que tiene a la gran mayoría de aficionados blaugranas muertos de miedo, porque el argentino es el único que hace cosas distintas para que el equipo gane y cuando no está sus compañeros sufren mucho. Sin embargo, los dirigentes miran ese hecho algo aliviados debido a que con su marcha se ahorrarían esos 100 millones de euros brutos que le pagan anualmente. Todo luce muy complicado, pero en el horizonte ya se comienza a perfilar su adiós y también el posible conjunto que lo recibiría con los brazos abiertos: el PSG de Maurico Pochettino. Pese a que el entrenador de la escuadra parisina se alegraría mucho con su llegada, ha evitado pronunciarse de forma directa para evitar problemas; aunque si se atrevió a contar que casi juega con el crack en el pasado.
Pochettino reveló la historia
El estratega del PSG comentó que tiene una relación muy buena con el argentino y que de hecho disfrutaría mucho si estuviera bajo sus órdenes. Ahora, tras muchas decepciones, promesas incumplidas y duras derrotas; el crack estaría listo para emprender un nuevo reto y lo haría en el equipo en el que está su amigo Neymar y que entrena Pochettino. Sin embargo, también reveló que la historia que desarrolló Messi en el Barça pudo haber sido muy diferente al estar a solo un paso de jugar en el Espanyol; el club en el que el se encontraba cuando iniciaron las negociaciones entre ambos clubes en la época en la que todavía jugaba como defensor. El gran rival citadino de los blaugranas trató de conseguir la cesión de ese pequeño argentino del que todos hablaban y que se encontraba en la cantera de su enemigo mortal.
Messi estaba despuntado en la cantera y eran varios clubes que se acercaron a preguntar por él. Sin minutos asegurados en el primer equipo por la gran inversión que hicieron en fichajes; la opción del Espanyol le agradaba bastante debido a que así se mantendría junto a su familia en Barcelona y además los blaugranas tendrían vigilada a su joya desde muy cerca. Los periquitos se frotaban las manos al ver que podían darle minutos y protagonismo, lo que él quería; así que si le gustaba su papel podrían tratar de adquirirlo de forma definitiva. Los papeles para hacer oficial todo estaban listos, pero en el 2005 fue el año definitivo en el que ese joven de 18 años se dejó ver ante el mundo entero en el partido del Trofeo Joan Gamper que pasó a la historia; algo que hizo frente a una Juventus muy poderosa.
Un partido de Messi que cambio todo
Ese partido entre el Barça y la Juve fue la última puerta que le tocó derribar a Messi y la que le dio la oportunidad definitiva de brillar en el equipo en el que se había criado; además de que fue el que echó al traste la posibilidad de que él y Pochettino compartieran equipo. En ese duelo amistoso de 2005, Frank Rijkaard decidió darle minutos a la joya que tenían en la cantera; por eso, con el 30 en la espalda, un joven Messi salto para brillar frente a monstruos de la talla de Fabio Cannavaro y Patrick Vieira. El argentino desplegó un arsenal de regates, pases, corridas, y disparos que dejaron a todos anonadados y pensando de dónde había salido este fenomenal futbolista.
Lo más impresionante de todo es que ese duelo nadie recuerda que quedó empatado (2-2), con Messi haciendo una asistencia, y que los blaugranas acabaron derrotados en penales; el público tiene en la memoria es la maravillosa actuación del argentino y como el partido en el que hizo su explosión definitiva. Los elogios llovieron, al punto de que Cannavaro y Capello trataron de que fuera cedido con ellos; sin embargo, Rjikaard echó por tierra toda salida del canterano y decidió utilizarlo en el primer equipo. Esa campaña disputó 25 encuentros y marcó ocho goles; aunque pudieron ser más, pero una grave lesión lo privó de ello. Pochettino se quedó con las ganas de jugar con él esa campaña y ahora, 16 años después, puede ser el momento en que estén juntos de una vez por todas.