La isla de las tentaciones 3: las duras palabras de Marina que sentencian a Jesús

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La isla de las tentaciones 3 ya está en marcha y ya hemos visto el primer episodio. Ya vamos conociendo a las nuevas parejas y las circunstancias que los han llevado a participar. También nos hemos hecho una idea de por dónde van a ir los tiros en el desarrollo del concurso. Por las promociones, sabemos que la novedad de esta tercera edición va a dar mucho juego. Y no es otra que la luz de la tentación. Esta es una alarma que se encenderá cuando alguno de los dos de la pareja traspase los límites impuestos.

Los chicos han puesto límites como una infidelidad en el caso de Diego y Hugo, un tonteo en el caso de Raúl o un beso en el caso de Manuel. En cuanto a las chicas, Lucía ha puesto el límite en besos y bailes subidos de tono, Claudia en actos sexuales, Lola en besos y toqueteos de partes privadas. Sin embargo, Marina y Jesús han puesto el límite en la afinidad con alguna de las personas solteras. Y por las palabras que ha expresado Marina sobre su novio, este límite va a ser traspasado de forma muy rápida. Y es que, el pobre Jesús, ya está sentenciado en La isla de las tentaciones 3.

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Marina necesita adrenalina

Y tras pasar unos días entre solteros tentadores y a la espera de más sorpresas, Marina ha hablado. De hecho, lo que ha dicho tiene sentenciado al pobre Jesús. Este todavía no está disfrutando de la experiencia porque tiene la cabeza en otro sitio.

La isla de las tentaciones 3 permite que los emparejados se desinhiban con unos solteros que lo que buscan es eso, poner a prueba la lealtad. Y a Marina le cuesta mucho controlarse, según ha confesado. Según las promos de Telecinco, habrá cosas que pasarán y que resultarán inevitables.

Ya en el segundo programa va a sonar la alarma, la luz de la tentación. Y lo hará a altas horas de la madrugada. Quizás sea Marina. Lo que está claro y ella dice es que ha estado muy enamorada de su novio. Hablará sobre más cosas de su relación con Jesús. En esta relación, lo ha dejado ella varias veces y siempre ha vuelto. Y lo que ha dejado sentenciado al pobre novio es esta frase lapidaria: “No he perdido la pasión, pero necesito un poco de adrenalina”.