Hay fiestas, y fiestas. Sin embargo, hay gente, que se toma este tipo de fiestas como un exceso. Esto no debería ser así, ya que puede que no permita disfrutar el resto. Y esto es lo que pasa con San Fermín. Esta es su otra cara, la que no tiene que ver con los encierros ni con la diversión sana. La cara B que hace que , para algunos, San fermín sea una de las fiestas más radicales del mundo
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