Seguro que te has preguntado alguna vez qué es la niebla. Es una pregunta que muchos nos hacemos, incluso ya en la niñez cuando al despertarnos vemos que el barrio en el que vivimos parece que se ha convertido en un barrio fantasma. Pues bien, en este artículo no vamos a hablarte sólo sobre esto, sino también sobre la neblina, ya que ambos conceptos se suelen confundir a menudo. De esta manera, cuando se vuelvan a producir, sabrás qué diferencia hay entre ellos.
La primera es un hidrometeoro, es decir, un conjunto de partículas de agua, líquida o sólida, en caída, en suspensión en la atmósfera o levantadas de la superficie terrestre por el viento, o depositadas sobre los objetos en el suelo o en la atmósfera libre. Produce una visibilidad de menos de 1km. Estas partículas de agua no son lo suficientemente grandes como para que la gravedad las haga precipitarse, por lo que suelen quedar suspendidas.
Características de la niebla y tipos
Especialmente durante los meses de diciembre y enero en España, la niebla protagoniza casi todos los amaneceres de muchas comunidades. Se forma en situaciones de estabilidad absoluta, cuando hay un anticiclón presente y no sopla nada de viento. Ocurre cuando la temperatura de las capas bajas de la atmósfera es menor que en las altas, o lo que es lo mismo: cuando hace más frío a pie de playa que en la montaña.
Si bien podríamos pensar que la niebla es siempre la misma en todos los lugares, la realidad es que se distinguen diferentes tipos. De radiación, es la que vemos tras la puesta de sol en una noche sin nubes, en otoño. Tiene un espesor de un metro, y dura poco.
De tierra, es una niebla de radiación, pero muy superficial. Oscurece menos del 60% del cielo y no se extiende hasta la base de las nubes. De advección, cuando masas de aire caliente y cargadas de humedad pasan sobre suelos fríos, se produce este tipo de niebla. Es muy común en las costas.
Más tipos
De vapor, aparece cuando el aire frío pasa sobre aguas cálidas. Esta niebla en la que podemos ver en las regiones polares. La de precipitación, si se pone a llover y el aire bajo la nube está seco, de buen seguro que nuestra visibilidad se reducirá.
De ladera, se forma cuando el viento sopla contra la ladera de una montaña. De valle, este tipo de niebla es el resultado de la inversión térmica, causada por un aire frío que permanece en el valle, mientras que otro aire más caliente pasa por encima de él.
De hielo, ocurre cuando las gotas de agua congeladas quedan suspendidas sobre el suelo. Es muy común en las regiones polares. De pendiente ascendente, ocurre cuando se produce una caída de la presión con la altitud.
La niebla no es peligrosa
No, para nada. Se suele pensar que sí, que puede causarnos algún daño, pero lo cierto es que lo que es la niebla no es dañina. El aire que vas a respirar la única diferencia que tiene con el que respiramos cualquier otro día es que concentra una mayor cantidad de vapor de agua.
Pero lo que sí debes tener en cuenta es que esos días habrá mucha más contaminación al no soplar el viento, por lo que si eres alérgico quizás notes que tus síntomas empeoren un poco. Y, por cierto, si vas a coger el coche, ten mucha precaución en la carretera.
Neblina
La neblina también es un hidrometeoro, que se compone de gotas de agua muy pequeñas, de entre 50 y 200 micrómetros de diámetro. Reducen la visibilidad horizontal a una distancia de un kilómetro o más.
Ocurre naturalmente por procesos atmosféricos o fruto de la actividad volcánica, y se da con frecuencia cuando en la atmósfera existe una masa de aire fría bajo una de carácter templado. En la neblina el aire generalmente no da la sensación de pegajoso y húmedo además, la humedad relativa está muy por debajo del 100 por ciento. Otra de sus características es que forma un velo grisáceo/azulado poco denso que cubre el paisaje.
Diferencias
Básicamente se diferencian observándolas. La niebla no permite ver más allá de 1 km, mientras que la neblina sí. Además, el aire cuando hay un banco de niebla es pegajoso y húmedo, ya que la humedad relativa se aproxima al 100%.
También sabremos si es niebla cuando no podamos observar los rayos solares. La neblina, al ser menos densa, nos permitirá verlos sin demasiados problemas; en cambio con la niebla eso será imposible.
La única diferencia entre neblina y niebla es la intensidad de las partículas, que se expresa en términos de visibilidad: si el fenómeno da una visión de 1.000 metros o menos, como en el día de hoy, es considerado como niebla; y si permite ver a más de 1.000 metros, el fenómeno es considerado como neblina. Visto a la distancia, además, la niebla es más blanquecina.
