El comercio internacional de América Latina y el Caribe cerró 2020 con contracciones del 13% y del 20% en el valor de sus exportaciones e importaciones, respectivamente, lo que supone su peor rendimiento desde la crisis financiera mundial de 2009, principalmente como resultado de la abrupta caída de la demanda mundial generada por la pandemia.
Un nuevo informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de Naciones Unidas, presentado por la secretaria ejecutiva, Alicia Bárcena, ha destacado la fuerte reducción del valor de exportaciones e importaciones de bienes durante la epidemia.
Bárcena ha explicado que la pandemia interrumpió la producción y el consumo en todo el mundo, lo que afectó de manera significativa al comercio latinoamericano.
Durante el primer semestre de 2020 se desplomó el comercio de bienes y servicios en la región. Las actividades más afectadas fueron las asociadas al sector servicios, con caídas alrededor del -30% en exportaciones y del -26% en importaciones. Los bienes y servicios más afectados fueron los vinculados a los viajes, con caídas por encima del 50% tanto en exportaciones como importaciones.
En este contexto, se exacerbó la dicotomía entre dos modelos de especialización comercial. Por un lado, están los modelos de América del Sur, enfocados en un sector primario orientado al mercado chino, y el de América central y México, orientado a exportaciones manufactureras.
Entre las carencias comerciales del continente latinoamericano, el informe ha resaltado la dependencia comercial de China, ya que si bien las exportaciones hacia el país asiático aumentaron en 2020, las importaciones desde China cayeron «de forma estrepitosa».
Además, el análisis ha subrayado la falta de integración intrarregional en términos de comercio. De este modo, México y Brasil, las dos principales economías de la región, solo importaron entre el 2% y el 3% de bienes y servicios procedentes de América Latina y el Caribe.
PERSPECTIVAS DE CRECIMIENTO EN 2021
En 2021, Cepal estima que el valor de las exportaciones podría crecer entre un 10% y un 15%. De su lado, el organismo proyecta un crecimiento del 7,2% en el volumen de comercio de bienes.
Sin embargo, la secretaria ejecutiva ha advertido de que estas previsiones están sujetas a la nueva ola de contagios que azota al continente desde el último trimestre de 2020, así como al lento avance de programas de vacunación, lo que deteriora las perspectivas.
Otra proyección apunta a que si bien el comercio intrarregional se recuperaría durante este año, el mercado chino seguiría siendo el más dinámico, acentuando así la reprimarización exportadora y la dependencia de América Latina y el Caribe del gigante asiático.
Por otra parte, las tendencias para este año adelantan que las exportaciones de servicios continuarán muy afectadas por la caída del turismo internacional. En este sentido, los países más vinculados comercialmente con Estados Unidos, como es el caso de México, podría beneficiarse de procesos de ‘nearshoring’ de empresas multinacionales.
Esto se debe a que en el nuevo escenario comercial se producirá una reconfiguración geográfica para buscar reducir la dependencia de China, donde entrarán algunos jugadores importantes como Estados Unidos o Japón.
Asimismo, esta nueva globalización regionalizada supondrá el fortalecimiento de los bloques regionales, pero también conllevará altos costes para los países en vías de desarrollo, ya que dichos costes dependerán de las capacidades preexistentes y requerirá altos niveles de coordinación.