El escritor y periodista Vicenç Villatoro completa con ‘La casa dels avis’ (Proa) su tríptico narrativo sobre la migración y la identidad, iniciada con ‘L’home que se’n va’ y ‘El retorn dels Bassat’, a través de la historia de sus abuelos maternos.
«Es la tercera pata» de un tríptico con la que explora la identidad y la migración, ha explicado este jueves Villatoro en rueda de prensa telemática, en la que en ‘L’home que se’n va’ exploró como su abuelo paterno decidió emigrar desde su pueblo de Córdoba, en ‘El retorn dels Bassat’ la voluntad de una familia de regresar y en ‘La casa dels avis’ el arraigo y la decisión de no irse.
Ha explicado que desde su primer libro, ‘L’evangeli gris’, la frase de inicio era ‘I si marxessis’ (Y si te fueras), con lo que la migración siempre ha estado presente, y que ya en 2007, siete años antes de la publicación del primer libro de esta trilogía, ya tuvo la «necesidad narrativa» de llevarla a cabo.
En ‘La casa dels avis’, Villatoro resigue la vida de sus abuelos maternos, desde la casa familiar de Canet de Mar (Barcelona) a la convulsa Terrassa (Barcelona) de la guerra civil y la posguerra a través de los ojos de una pareja catalanista y republicana que no renuncia a vivir en su ciudad pese a que «su mundo ha desaparecido» tras la contienda bélica.
Ha señalado que ‘La casa dels avis’ comparte temática y género con las anteriores, así como la minuciosidad y el detalle, y que con la trilogía se compone un friso de «una explicación del siglo XX» y en ese detallismo aporta aspectos para entender la sociedad catalana compleja y rica en relaciones.
«La suma de las tres explica una historia colectiva, mundial. Había un mundo antes de la guerra, hubo una gran tormenta y los que habían vivido antes de ella tienen que recomponer su vida», ha señalado.
«NO SE PUEDE HACER TRAMPAS»
Preguntado sobre el tratamiento de los personajes al ser miembros de la familia, ha dicho que intenta escribir con simpatía todos los personajes, pero que «no se puede hacer trampas» y se debe suspender el pudor, y ha afirmado que sus obras explican el proceso de migración más de una perspectiva psicológica que sociológica.
Para él, la migración tiene un gran interés y cada género tiene las herramientas para afrontarla, por lo que él ha abogado por una experiencia narrativa y una «aproximación emocional», que le lleva a intentar discernir por qué su abuelo materno regresa de Francia una vez se exilia tras la guerra y lo atribuye al arraigo familiar al lugar de nacimiento.
Ha señalado que parte del libro se desarrolle en Terrassa también ha permitido reflejar un microcosmos «extremo», ya que si la acción de la guerra en la ciudad no tuvo mucho peso sí que lo tuvo los años anterior y posteriores con unas posiciones más enconadas.
Villatoro ha dicho que el libro no es un panfleto pero que tampoco «se lava las manos» y que existe una posición en la escritura, además de señalar que ha realizado una profunda documentación y que las fotografías que acompañan al libro son texto más que ilustraciones.