La hipocondría es un trastorno psiquiátrico que se caracteriza esencialmente por la creencia de padecer alguna enfermedad seria y potencialmente letal o el miedo a padecer o contraer alguna enfermedad grave. En un momento dado, ante la presencia de algún síntoma, cualquier persona puede preocuparse y considerar que padece alguna enfermedad de mayor o menor envergadura. Pero al acudir al médico y ver que realmente no ocurre nada grave, la gran mayoría de las personas se tranquilizan. Así suelen actuar un hipocondriaco.
Sin embargo, si una persona considera constantemente que tiene síntomas o signos que son indicativos de alguna enfermedad grave y por mucho que va al médico y no le encuentra nada no se queda tranquila. Además, sigue pensando que está enferma hasta extremos preocupantes, es probable que padezca este trastorno que te estamos contando. Afecta por igual a hombres y a mujeres.
Causas
Estar preocupado por una posible enfermedad no basta para poder diagnosticar a alguien de hipocondríaco; para ello existen una serie de criterios que deben darse. En primer lugar, está la preocupación por el miedo a padecer o contraer una enfermedad grave. Esto lo hacen basándose en la interpretación errónea de síntomas que hace la persona.
También está la persistencia de la preocupación a pesar del asesoramiento médico. Esta creencia no se reviste de características alucinatorias ni se limita solamente a una preocupación por el aspecto físico. La preocupación causa estrés y dificultades para relacionarse a nivel social y laboral. La duración de los síntomas es superior a seis meses.
Síntomas de un hipocondriaco
Las personas hipocondríacas están constantemente preocupadas por su salud y experimentan cualquier cambio de su estado físico como un posible drama. Viven su salud con una gran ansiedad y están siempre pendientes de sus cuerpos y de los síntomas que puedan padecer. Cabe decir que, a diferencia de otros trastornos psiquiátricos, en este caso la persona no inventa los síntomas, sino que realmente los siente y los magnifica y no puede controlarlos.
Cualquier signo o síntoma puede ser un motivo de obsesión y preocupación para un hipocondríaco. Tos, palpitaciones, cambios en la forma de ir de vientre, cefaleas leves, dolores musculares o articulares leves, lesiones cutáneas, cansancio.
Los síntomas que refiere el paciente hipocondríaco suelen ser generales o vagos. Pero él o ella son capaces de describirlos con extrema minuciosidad, reparando en detalles que son completamente intranscendentes pero a los que ellos otorgan suma importancia.
Más síntomas
La mayoría de pacientes hipocondríacos visitan constantemente tanto a su médico de cabecera como a especialistas con peticiones para que les hagan exploraciones complementarias y pruebas. El hecho de hacerlas puede tranquilizarles temporalmente, pero no durante mucho tiempo.
Asimismo, el paciente hipocondríaco es altamente sugestionable desde un punto de vista negativo. Cualquier nueva enfermedad que descubra o de la que oiga hablar podrá ser suficiente para espolear su imaginación y hacer que realmente llegue a sentir síntomas nuevos o esté constantemente aterrorizado ante la idea de contraer o padecer alguna enfermedad grave.
Diagnóstico de un hipocondriaco
Conviene diferenciar claramente lo que es un paciente aprensivo de un paciente hipocondríaco. De ahí la importancia de que un especialista, el psiquiatra, evalúe al posible paciente hipocondríaco y compruebe que éste cumple todos los criterios necesarios para poder ser realmente catalogado como tal.
Una persona que ante la muerte reciente de un familiar por un cáncer teme poder padecerlo durante dos o tres meses sin que eso limite sobremanera su vida diaria no es un paciente hipocondríaco. Sin embargo, si una persona está convencida de que, sin ningún tipo de antecedente, puede tener un cáncer basándose en lo que siente. Y además, no se convence pese a que las pruebas a las que se somete son concluyentemente negativas, y sigue preocupado y asustado durante más de seis meses, es probable que dicha persona padezca de hipocondría.
Tratamiento de la hipocondría
La hipocondría suele ser un trastorno crónico que requiere un enfoque multidisciplinar en lo que respecta al tratamiento. Las personas hipocondríacas viven su salud o la creencia de la ausencia de ella con mucha ansiedad, escasa autoestima y bajo estado de ánimo. Por lo que para poder trabajar el problema muchos psiquiatras intentan estabilizarlos inicialmente con fármacos ansiolíticos y antidepresivos. Especialmente inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS), como son la fluoxetina, la paroxetina o el citalopram.
El tratamiento de fondo de la hipocondría se basará en la psicoterapia cognitiva conductual llevada a cabo por un terapeuta profesional. A través de diversas técnicas, se busca que el paciente haga frente a sus miedos y pierda el pavor a la enfermedad y a las reacciones de su cuerpo y las atribuciones que de ellas hace. Se intentará no acuda asiduamente a consultas médicas, no hable siempre de salud ni de enfermedad, no se observe con tanta precisión y obsesión y sea capaz de aceptar el hecho de poder enfermar como algo normal y no de proporciones catastróficas.
Para el éxito de este tratamiento, que es a largo plazo, es esencial el entorno social quien sufre este trastorno, de manera que familiares y amigos entiendan que el realmente padece una enfermedad (distinta a las dolencias imaginarias que cree o teme padecer) que es un trastorno psiquiátrico que condiciona y limita su vida en muchos aspectos.