La bechamel es una salsa cuyo origen se disputa entre Italia y Francia. Su versatilidad le ha dado el valor para ser la base de algunos platos, así como una ideal salsa acompañante. Por lo general es una receta rica en grasas dentro de la dieta, pero en la versión sin mantequilla ofrece un sabor más ligero. Uno de los usos más comunes de este tipo de salsa es su aplicación para gratinar en pastas y vegetales; también queda muy bien con carnes y pescados.
Otra aplicación es su uso para espesar cremas, salsas o jugos de guisos. Además, este tipo de alimento resulta un excelente compactador de ingredientes. Su éxito se basa en evitar grumos en la preparación final. Para ello, hay que poner mucho cuidado en la temperatura de cocción y la técnica. La contextura de esta se debe adaptar a cada aplicación, es decir, una consistencia más espesa para las salsas, mientras que mucho más cremosa para sopas o gratinados. Finalmente, la salsa puede contener diferentes aromas y sabores, de acuerdo a las exigencias del plato. Algunas versiones incluyen cebolla picada o queso; en el caso de las croquetas, la variante es que la salsa lleva trozos de carne, pollo o pescado.
3Otras forma de hacerla
La elaboración de la bechamel es muy fácil y sencilla. Solo hay que tener en cuenta que,es conveniente tener la leche caliente, a la hora de echarla a la roux (la mezcla de la harina y el aceite de oliva) Y de no echarla toda de golpe. Especialmente aquella leche que vayamos a echar al principio. Si no,corremos el riesgo de que nos queden grumos.
Echar el aceite de oliva al fondo de una sartén a un fuego bajo. Si queremos una bechamel de un color más oscuro,podemos subir un poco más el fuego. Cuando se haya calentado el aceite de oliva, agregar la harina y remover bien con una varilla, hasta que ambos ingredientes se hayan mezclado bien. A esta mezcla,se le llama roux. Dejar tostar durante un par de minutos para eliminar el sabor a harina cruda.
Es el momento de echar la leche. Es importante echarla poco a poco, un cucharon cada vez, e ir removiéndola con la varilla hasta que haya integrado en la roux. Cuando haya integrado, vamos echando más leche y, así hasta que hayamos echado toda la leche. Dejar cocer muy muy suave durante otros 10 minutos más, rectificar de sal y pimienta y listo. Ya tenemos una salsa bechamel lista para degustar como más queramos. Podemos añadirle también un poco de nuez moscada rallada. La cantidad de la leche es orientativa. Si queremos una bechamel sin mantequilla un poco más líquida, podemos echar un poco más de leche y viceversa. Si notas que cuesta mucho integrar la leche en la roux, puedes subir un poco la potencia de fuego.