La Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (ACES), que tiene entre sus asociados a Carrefour, Lidl, Auchan Retail, Supercor y Eroski, ha rechazado este jueves en el Congreso las exigencias de contratación que extiende la reforma de la Ley de Cadena Alimentaria a las relaciones entre los grandes grupos y que, hasta ahora, se aplicaban cuando existía una situacion de desequilibrio.
Así, su presidente, Aurelio del Pino, ha señalado que no existe un desequilibrio entre las grandes empresas y, por tanto, «no hay nada que justifique el intervencionismo o la tutela de la Administración cuando negocian grandes compañías distribuidoras con grandes empresas de la industria agroalimentaria».
En este sentido, ha defendido que estas exigencias se apliquen ante posibles desequilibrios porque, si no, «se podrá introducir distorsiones que tengan efectos no queridos» contra las que, ha asegurado, ya se ha pronunciado la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), cuyo informe ha invitado a leer a los representantes de la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Esta Comisión de la Cámara Baja ha recibido esta semana comparecientes del sector agroalimentario en el marco de la tramitación parlamentaria de la reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria, respecto a la cual ha reconocido «muchas incertidumbres».
CREE QUE SE RESTRINGE LA LIBERTAD EMPRESARIAL
No solo frente a la ley en discusión ahora en el Congreso, ha incidido, sino ya frente al primer decreto ley aprobado hace casi ya un año por el Gobierno, en lo que respecta a la promoción de productos. «Una empresa que desarrolla una actividad promocional a nivel nacional no puede estar sometida al criterio interpretativo de un funcionario», ha explicado.
Para Del Pino, «hace falta seguridad jurídica y no introducir restricciones innecesarias donde no hace falta», por lo que ha reclamado «centrarse en temas mollares, como la contractualización en el sector primario, fundamentalmente agricultores y pymes, pero sin afectar a a la libertad comercial».
Del Pino ha subrayado que su patronal de distribución comparte que «todos los eslabones tienen que ser rentables», pero a renglón seguido ha advertido de que «a veces si uno pretende con las leyes arreglar cosas que no se pueden arrelgar dentro de una empresa o en una mesa de negociación, a través de la libre interacción y del funcionamiento de los operadores, se está equivocando y estas leyes pueden dar un resultado que no es el adecuado».
«SOMOS GRANDES, PERO NO TANTO»
Respecto a la contractualización, ha subrayado su apuesta por su extensión en todos los eslabones, pero también ha llamado a comprobar las sanciones impuestas por la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) pues estas «demuestran que los problemas de contractualización se producen en oras fases de la comercialización, no en la distribución».
Por otro lado, ha destacado que su sector es muy eficiente dada la elevada competencia, con un nivel de beneficio neto de alrededor el 2%, cuando las 50 industrias alimentarias más grandes alcanzan una media de entre el 18% y el 20%
Una comparación que también ha realizado en el grado de concentración del sector, en el que las cinco primeras compañías llegan a un 50% de cuota de mercado frente al 82% de Reino Unido, el 78% de Alemania o el 67% de Francia. Los mercadillos alcanzan el 26% pero en productos frescos ha señalado que «ese porcentaje es casi la mitad». «Somos grandes, pero no tan grandes como en algunos casos nos quieren atribuir», ha dicho.