Durante las últimas semanas el FC Barcelona ha podido aferrarse a un nuevo clavo ardiendo y ese es Ousmane Dembélé. Tras la derrota en la Supercopa de España contra el Athletic Club, las esperanzas vuelven a desaparecer y el conjunto blaugrana parece que se chocó nuevamente con esa pared que las últimas victorias habían logrado ocultar; sin embargo, el golpe ha sido duro, porque le ha dado a entender que por más que luchen esta campaña las opciones de que obtengan un título son más que nulas. Pese a todo los aficionados y dirigentes que vienen en camino, tras el atraso de las elecciones presidenciales en el club que estaban pautadas para el 24 de enero, confían en que hay cosas que se pueden rescatar de este equipo y sentarlas como base para el futuro.
Jugadores como Ansu Fati y Pedri se llevan todas las miradas, tanto por su juventud como por lo mucho que han brillado en tan poco tiempo; pero uno de los que también ha estado muy bien en sus últimos choques es el francés y por eso muchos sueñan con que al fin deje atrás su calvario con las lesiones para se convierta en ese fichaje estrella que les iba a hacer olvidar a Neymar. Esos destellos de calidad, con algunos goles, asistencias y regates brillantes se están haciendo más repetitivos ahora que su físico le ha permitido jugar con continuidad; por lo que muchos quieren ya dejar atrás a ese futbolista endeble que llegó en el 2017 y darle la bienvenida por todo lo alto a este Dembélé que parece ser el que todos querían. Aunque por eso podrían perderlo más pronto de lo que imaginan
Dembélé ha despertado en el Barcelona
Ronald Koeman parece haber dado con la tecla y desde que se recuperó en diciembre de su última lesión lo ha convertido en una pieza fundamental en todas sus alineaciones. De hecho, con su alineación ante el Athletic es la quinta vez que sale como titular de forma consecutiva; además de que esto lo hace por primera vez desde que llegara proveniente del Borussia Dortmund con mucha ilusión. Ahora esa positividad la traslada a un conjunto blaugrana que ya quiere dejar atrás esos partidos en los que entraba y era tan intrascendente que ni se notaba su presciencia; en su lugar quiere disfrutar de este jugador vivaz, encarador y atrevido que han estado viendo en estos compromisos. El 2021 puede ser el año definitivo de su despertar; si bien este ya pudo haber empezado.
Con 17 partidos disputados, de los 25 que se han jugado de forma oficial, Dembélé supera con creces los nueve en que pudo decir presente la pasada campaña, en la que fue más un fantasma que un jugador. Ni siquiera el parón que causó la pandemía le dio chance de recuperarse por completo y ni con los meses extra en los que se jugó el campeonato el pudo decir varias veces que estuvo en cancha. Esa falta de continuidad ahora no se está viendo; aunque ante el Athletic fallaron todos, él se le vio más metido que en otros tiempos y en sus últimos choques lo ha intentado de todas las formas posibles. Regates, velocidad, pases, goles, pegadas con ambas piernas y asistencias, son algunas de las cosas que ha mostrado; no obstante, parece que ahora que lo consiguió pretende llevarlo a otro lugar: la Juventus.
Italia espera al francés
Después que muchos pensaran que esos 130 millones de euros invertidos en él ya eran dinero perdido, después que se especulara con que tendría que salir lo más pronto posible e incluso ya había algunos compradores; ahora la tortilla parece haber dado vuelta y con su despertar lo que quieren es renovarlo antes de que finalice su contrato en el 2022. No obstante, algunos medios ya hablan de que quiere una nueva aventura y un lugar donde levantarse de forma definitiva. Ese lugar no sería otro que la Juventus. Allí tendría la oportunidad de compartir con otro gran jugador como Cristiano Ronaldo y muchas posibilidades de ganar muchos trofeos importantes; sin contar con que con su ayuda serían más potentes para alcanzar ganar al fin la Champions League que tanto desean en Turín.
La cosa es que ese jugador díscolo, que siempre llegaba tarde a los entrenamientos o de plano se quedaba dormido y no iba; que multaban constantemente por cualquier falta contra el club; que se quedaba despierto hasta altas horas de la madrugada jugando videojuegos con sus amigos; y que sobre todo era asolado por las lesiones, el Dembélé que hacía esas cosas parece ser parte del pasado. En el Barça están muy contentos y quieren aprovechar esos cambios; aunque ahora todo indica que podría seguir su progresión muy lejos, mientras los blaugranas se quedaran con el recuerdo de es gran traición y el recuerdo de que ellos se aguantaron todos sus años malos.