La mitología griega es una de las más antiguas e interesantes que se pueden encontrar, pues contiene una gran cantidad de historias y personajes que tratan de explicar de algún modo el desarrollo de la vida humana tal como la conocemos en la actualidad, y uno de los mitos más recordados es el de la caja de Pandora.
A lo largo de tu vida habrás escuchado en algún momento una expresión en la que se mencione a la caja de Pandora para señalar algún hecho que trajo múltiples consecuencias para muchas personas, sin embargo es probable que no conozcas muy bien de dónde proviene esta expresión.
¿Quién era Pandora?
Pandora es un ser de la mitología, considerada la primera mujer de acuerdo con estas historias, por lo que vendría a ser la versión griega de Eva, la primera mujer de acuerdo con las creencias cristianas, siendo creada por todos los dioses que viven en el Olimpo.
Según cuenta la leyenda, Pandora es un ser que posee una virtud por cada uno de los dioses que se encontraban en el Olimpo, entregadas por ellos mismos, y entre las más destacadas podemos mencionar la belleza de Afrodita, la elocuencia de Hermes, la sabiduría de Atenea, la música de Apolo y muchos otros.
El mismo nombre de Pandora significa “la que tiene todos los dones”, debido a la gran cantidad de virtudes que le dieron los dioses, a las que se le sumó una gran curiosidad e ingenuidad, pero no solo eso, ya que esta mujer fue enviada a la Tierra con un “regalo”: que es lo que conocemos como la caja de Pandora.
¿Cuál es la historia de la caja de Pandora?
El mito de la caja de Pandora se remonta a la época de los primeros hombres y los Titanes, que eran doce seres muy poderosos que gobernaron la Tierra y el Olimpo durante un período conocido como la Edad Dorada, hasta que los dioses llegaron y les arrebataron el trono.
Uno de esos titanes, Prometeo, era un gran amigo de los humanos, por lo que un día decidió acudir al Olimpo para robarles el fuego y bajarlo a la Tierra, pues así sus amigos lograrían obtener un poco de calor, pero esta fue una maniobra que molestó de gran manera a Zeus, el Dios del rayo y guardián del Olimpo, y quien en ese momento estaba casado con Themis, la diosa de la justicia.
Ante tal acto de desobediencia por parte del Titán Prometeo, Zeus decidió convocar a todos los dioses al Olimpo para planear una estrategia de venganza contra los humanos, por lo que decidieron llenarlos de una serie de males que los perseguirían eternamente.
Sin embargo, no iban a mandar tal castigo directamente, sino que lo harían por medio de un ser que pudiera mezclarse con los humanos y obtuviera su confianza por medio de sus encantos, por lo que decidieron crear a la primera mujer, a la que nombraron Pandora.
La primera mujer
Pandora puede ser considerada un ser perfecto, pues posee grandes atributos de todos los dioses, de no ser porque también fue dotada de una gran ingenuidad y un instinto de curiosidad, lo cual sería catastrófico para toda la humanidad, y el castigo perfecto de acuerdo con los dioses del Olimpo.
Cuando terminaron de crear a Pandora, quien era una mujer extremadamente bella y encantadora, también se encargaron de diseñar un recipiente en donde guardaron una gran cantidad de males, que fue entregado a la mujer para que se lo llevara a la Tierra, siendo esta la caja de Pandora.
El término “caja” fue utilizado a partir del renacimiento para denominar a este recipiente, pues originalmente se dice que Pandora recibió un pithos, es decir, una especie de tinaja ovalada o ánfora, en donde se guardaron todos los males, sin embargo, en la actualidad la palabra caja sigue estando muy presente para denominar a este elemento.
La caja de Pandora fue enviada junto con la mujer a la Tierra, con la supuesta advertencia por parte de los dioses de que no abriera la caja por ningún motivo, lo que en realidad supuso una sentencia, pues estos sabían que ella no resistiría mucho tiempo sin tratar de descubrir que se hallaba adentro.
Al llegar a la Tierra
En el momento en que Pandora fue enviada a la Tierra con su caja, llegó a la casa de Epimeteo, quien es el hermano del Titán Prometeo, el cual le había advertido que no recibiera ningún regalo de los dioses, pues estos eran astutos y buscarían venganza, pero el hombre quedó totalmente seducido por la belleza y el encanto de la mujer, por lo que la aceptó y tomó como su esposa.
La caja de Pandora fue guardada por Epimeteo para que no se pudiera abrir, pero la curiosidad de la mujer fue tan grande que un día decidió averiguar lo que se hallaba adentro, para descubrir que los dioses habían guardado los peores males que podía padecer la humanidad, lo cuales escaparon y se desplazaron a todos los lugares de la Tierra.
Al ver lo que había hecho, Pandora trató de cerrar la caja lo más rápido que pudo, pero para su sorpresa solo quedaba dentro de esta el único bien que los dioses habían guardado en ella: Elpis, quien es el espíritu de la esperanza, para que de este modo los humanos no se rindieran a pesar de todas las calamidades que pasaran.
Esta historia es también la que originó la frase “La esperanza es lo último que se pierde”, pues se refiere al único elemento que Pandora no dejó escapar de su caja cuando la abrió, y que siempre mantuvo consigo dentro de ella, para que no se perdiera.
La caja de Pandora en la mitología romana
La leyenda de la caja de Pandora se puede observar en otras mitologías, como la romana, en donde la historia es un poco parecida a la contada anteriormente, aunque esta presenta una serie de pequeños cambios, lo que no hace que pierda su significado.
En la mitología romana, la caja de Pandora es entregada a Epimeteo por medio de Mercurio, quien era el mensajero de los dioses, con la misma condición de que no debía abrirlo, la cual también fue desobedecida por Pandora, quien le robó la llave del cuarto donde su marido tenía guardado este recipiente.
Cuando Pandora libera todos los males de la caja y decide cerrarla, también deja a la esperanza dentro de esta, sin embargo, en esta versión del mito decide soltarla luego para que también recorra el mundo y llene a los seres humanos, ahora mortales y llenos de calamidades, de consuelo y aliento en su corazón.