La palabra fibromialgia (FM) significa dolor en los músculos y en el tejido fibroso (ligamentos y tendones). Este tipo de enfermedad se caracteriza por dolor musculoesquelético generalizado y sensación dolorosa a la presión en unos puntos específicos (puntos dolorosos). Este dolor se parece al originado en las articulaciones, pero no es una enfermedad articular.
Este tipo de dolencia es frecuente, la padece entre el 2% al 6% de la población, sobre todo mujeres. Puede presentarse como única alteración, siendo primaria, o asociada a otras enfermedades, siendo concomitante.
Síntomas de fibromialgia
En términos generales, podemos decir que la fibromialgia consiste en una anomalía en la percepción del dolor. De esta manera, se perciben como dolorosos, estímulos que habitualmente no lo son. Además de dolor, la fibromialgia puede ocasionar rigidez generalizada, sobre todo al levantarse por las mañanas, y sensación de inflamación mal delimitada en manos y pies. También pueden notarse hormigueos poco definidos que afectan de forma difusa sobre todo a las manos.
La persona que busca la ayuda del médico suele decir me duele todo, pero otras veces es referido como quemazón, molestia o desazón. Con frecuencia, el dolor varía en relación con la hora del día, el nivel de actividad, los cambios climáticos, la falta de sueño o el estrés.
Además del dolor, la fibromialgia ocasiona muchos otros síntomas. El 90% de los pacientes tienen cansancio, el 70-80% trastornos del sueño y hasta un 25% ansiedad o depresión. También son muy frecuentes síntomas como mala tolerancia al esfuerzo, sensación de rigidez generalizada (sobre todo al levantarse por las mañanas), sensación de inflamación mal delimitada en manos y pies. Además de hormigueos que afectan de forma difusa sobre a las manos, jaquecas y dolores en la menstruación. Colon irritable, sequedad en la boca y los ojos son otros.
Causas
No se conoce la causa de esta alteración, pero se piensa que hay muchos factores implicados. Hay personas que desarrollan la enfermedad sin causa aparente y en otras comienza después de procesos identificables como puede ser una infección bacteriana o viral, un accidente de automóvil o en otros casos aparece después de que otra enfermedad conocida limite la calidad de vida (artritis reumatoide, lupus eritematoso, etc.).
Estos agentes desencadenantes no parecen causar la enfermedad, sino que lo que probablemente hacen es despertarla en una persona que ya tiene una anomalía oculta en la regulación de su capacidad de respuesta a determinados estímulos.
Diagnóstico
La fibromialgia se reconoce como un síndrome, lo que significa que el reumatólogo la identifica cuando encuentra en una persona determinada unas alteraciones que concuerdan con las que han sido previamente fijadas por expertos para su diagnóstico.
Es muy importante establecer un diagnóstico firme porque ahorra una peregrinación en busca de diagnósticos o tratamientos, mejora la ansiedad que produce encontrarse mal sin saber por qué y permite fijar objetivos realistas.
Tratamiento de la fibromialgia
La enfermedad no tiene curación definitiva. El objetivo del tratamiento es mejorar el dolor y tratar los síntomas acompañantes, para conseguir una gran mejoría en la calidad de vida de estos pacientes.
Es importante conocer la naturaleza de la enfermedad y cuales son los factores desencadenantes de brotes, realizar tratamiento de las alteraciones psicológicas asociadas si las hay (ansiedad y depresión) y ejercicio físico suave diariamente.
Es importante establecer las mejores condiciones para un sueño reparador. Tener una cama no excesivamente blanda ni excesivamente dura, así como una almohada baja. Evitar la ingesta de sustancias y bebidas estimulantes, las temperaturas extremas y los ruidos y luces. Los analgésicos disminuyen de manera parcial el dolor y sólo los debe tomar si su médico se lo indica. Otros grupos de medicamentos utilizados son los relajantes musculares que deben tomarse en tandas cortas y algunos fármacos antidepresivos que aumentan los niveles de serotonina y que mejoran los síntomas de la fibromialgia, pero todos ellos deben suministrarse bajo prescripción médica.
Terapia
Hay una variedad de tratamientos distintos que pueden ayudar a reducir el efecto de la fibromialgia en el cuerpo y en la vida. Por ejemplo, fisioterapia. Un fisioterapeuta puede enseñarte ejercicios para mejorar tu fuerza, tu flexibilidad y tu resistencia. Los ejercicios en el agua pueden ser particularmente útiles.
También, la terapia ocupacional. Un terapeuta ocupacional puede ayudarte a realizar ajustes en tu entorno de trabajo o en la forma en la que realizas ciertas tareas para reducir el estrés en el cuerpo. Por último, está el asesoramiento psicológico. Hablar con un asesor puede ayudarte a fortalecer la confianza en tus habilidades y enseñarte estrategias para lidiar con las situaciones estresantes.
Afectados
Se trata de una enfermedad frecuente, con un claro predominio en mujeres, de modo que en España hasta un 4,2% de las mujeres pueden padecer la enfermedad, mientras que únicamente afecta al 0,2% de los varones.
No se conocen bien los mecanismos por los que se produce y por ello, no se encuentran alteraciones en los análisis o en los estudios de imagen que permitan establecer el diagnóstico.