La cábala es la sabiduría que permite descubrir la “fuerza” (o energía) que gobierna toda la “realidad”. Es una manera de conectarse con los eventos que parecen mágicos e insondables, solo que en nuestro actual estado de conciencia, no entendemos cómo funcionan.
Solo unos tipos de personas tienen permitido estudiar ésta ciencia y una de las condiciones es ser judío. Sólo que éste requisito a veces es contradictorio, debido a que todos los cabalistas han enseñado a alumnos que no eran judíos de nacimiento.
¿Qué hace falta para estudiarla?
Se requiere de una maestría en sabiduría, Guemará, Mishná, con conocimientos suficientes para poder leer los idiomas Torá o la Guemará. Sin esto no podrá iniciar los estudios de Cábala.
Debe entenderse de que no es que se requiera el conocimiento previo de estas sabidurías, es que no se puede descubrir la espiritualidad mediante éstos conocimientos. Se necesita acudir a libros que hablan sobre espiritualidad pero sin confundirlos con los temas de éste mundo, como sería el caso del lenguaje de la Torá o en la Haggadá.
Historia de la cábala
Se remonta a la Antigua Babilonia hace unos cuatro mil años. Es una ciencia que nos conduce, por medio de su vertiente práctica, al alcance del propósito de nuestra existencia y a las respuestas definitivas a los interrogantes de la vida tales como por ejemplo: ¿para qué fuimos creados?, ¿cómo entender el mundo en que vivimos y qué hacer para sentirnos más seguros en este mundo?
Ésta sabiduría nos asiste en nuestros estudios del mundo espiritual así como las ciencias naturales, como la física, la química y la biología, nos sirven para explorar nuestro universo tal como las ciencias naturales hacen uso de nuestros cinco sentidos para sus investigaciones en este mundo, pero también al existencialismo.
La cábala nos conduce al desarrollo de un sentido adicional (que muchos considerarían como ese sexto sentido que rara vez lograrían alcanzar por casualidad) mediante el cual podemos explorar e influenciar las fuerzas que gobiernan nuestro mundo aunque éstas trascienden nuestros cinco sentidos naturales.
Desde el Renacimiento y en Despotismo Ilustrado los textos de la cábala judía se introdujeron en la cultura no judía, donde fueron estudiados y traducidos por cristianos hebraístas y ocultistas herméticos. Ambos adaptaron libremente los conceptos judíos uniéndolos con otras teologías, tradiciones religiosas o asociaciones mágicas.
Con la caída de la Cábala Cristiana en la Era de la Iluminación, su variante llamada cábala Hermética continuó como una tradición clandestina en el esoterismo occidental con la aparición de asociaciones no judías con la magia, la Alquimia y los adivinos y la cábala adquiriera connotaciones ocultas.
Estas prácticas estaban prohibidas por el judaísmo, quedando como una tradición menor restringida a una pequeña élite. No obstante existe un movimiento académico y tradicional que traduce y estudia la cábala judía para darla a conocer a un público más amplio y selecto.
La cábala simbólica o artificial
Contiene reglas bien distribuidas hermenéuticas para descifrar el sentido oculto de los textos de la Biblia (a los que se considera acompañados de un sentido recóndito).
Se colocan verticalmente con las palabras de diferentes versículos de la Sagrada Escritura. Leyendo las letras verticalmente dan como resultado nuevas palabras que se disponen en forma de cuadro para poder ser leídas verticalmente o en bustrófedon. La lectura cabalística artificial utiliza tres mecanismos analíticos básicos:
- La Gematría.
- El Notaricón.
- La Temurá.
Estructuras del Sephirot
La Cábala indica que tiene diez esferas (sefirot), enumeradas en el orden en que el rayo de Dios va descendiendo para crear el mundo. Se encuentran listados a continuación sus nombres. Las sefirots de Zeir Anpin (el deseo de recibir con la intención de otorgar) comprenden desde la 4 hasta la 10:
- Kéter
- Jojmá .
- Biná
- Jesed
- Gevurá
- Tiféret
- Netsaj
- Hod
- Yesod
- Maljut
Se agrupan en 5 estados de la naturaleza: inanimado, vegetativo, animado, hablante y el creador. Sefirots son un sistema integral presente en cada persona y su deseo de recibir placer y que dicho deseo de recibir puede rechazar o absorber la luz de placer mediante el creador, la propiedad de otorgamiento presente en la unidad del entorno.
Cábala cristiana
Surgió en la era del Renacimiento entre intelectuales cristianos como una conciliación entre el Cristianismo y determinados aspectos mágicos del Judaísmo. Movimiento que fue principalmente influenciado por el deseo de interpretar aspectos del Cristianismo de manera más mística y donde algunos documentos neoplatónicos griegos llegaron a Europa desde Constantinopla en el reinado de Mehmet II.
El neoplatonismo había prevalecido en la Europa cristiana y había ingresado en la escolástica desde la traducción de los textos griegos y hebreos en España en el siglo XIII. Los cabalistas buscaron transformar la Cabalá en «un arma dogmática para volverse contra los judíos para forzar su conversión, empezando por Ramón Llull«, a quien Harvey J. Hames llamó «el primer cristiano en reconocer y apreciar la Cabalá como herramienta de conversión».
Luego en el siglo XVIII, la Cabalá se mezcló con el ocultismo europeo en donde tenían una base religiosa; pero el impulso principal de la Cábala Cristiana estaba por entonces en su más baja posición. Se han hecho algunos intentos para revivirlo en las últimas décadas, particularmente en relación con el neoplatonismo de los primeros dos capítulos del Evangelio de Juan, pero no ha entrado en el cristianismo dominante.
Francesco Giorgi (1467-1540) «ha sido considerado una figura central en la Cábala cristiana del siglo XVI proclamado por sus mismos contemporáneos así como por los eruditos modernos«. Según Giulio Busi, él era el Cabalista cristiano más importante después de su fundador Giovanni Pico della Mirandola. El suyo, De harmonia mundi, era «un libro masivo y curioso, todo hermético, platónico, cabalístico y pinchiano»
Paolo Riccio (1506-1541) «unificó los dogmas dispersos de la Cábala Cristiana en un sistema consistente», y agregando «a ellos a través de una síntesis original de fuentes cabalísticas y cristianas».
En el siguiente siglo produjo a Athanasius Kircher, un sacerdote jesuita alemán, erudito. Quien escribió extensamente sobre el tema en 1652, aportando elementos adicionales como el orfismo y la mitología egipcia a la mezcla en su obra, Edipo Aegyptiacus. Fue ilustrado por la propia adaptación de Kircher del Árbol de la Vida el cual todavía se usa en la Cábala occidental.