Kiko Rivera guarda silencio después del último golpe de Isabel Pantoja

Isabel Pantoja ha cumplido con sus amenazas y, dos meses después de reclamarle a Kiko Rivera e Irene Rosales el coche que, supuestamente, les había regalado para sus nietas, ha enviado a dos personas de su confianza a la casa que la pareja tiene en Castilleja de la Cuesta para recoger el vehículo de la discordia. Recordemos que ni el Dj ni la colaboradora han usado el automóvil en los últimos tiempos a la espera de este fatídico momento que, sin previo aviso, ha llegado y aleja más que nunca a la tonadillera de su hijo.

Y es que, lejos de intentar un acercamiento con Kiko, Pantoja ha demostrado con este gesto que no piensa retomar la relación con su hijo, al que culpa de causarle el mayor dolor de su vida tras su ingreso en prisión, y de haber acabado con su buena imagen, que tanto le costó recuperar tras su condena por el caso Malaya.

Así, sí ayer era Irene la que confirmaba en «Viva la vida» que su suegra había mandado a un matrimonio amigo a recoger el coche de la discordia, sin querer entrar en más detalles ni explicar cómo se lo había tomado su marido, ahora hemos podido preguntar a Kiko qué le parece que su madre le haya quitado el automóvil – regalo para sus hijas Ana y Carlota – sin previo aviso y sin haberse puesto en contacto con él.

Lejos de mostrarse indignado, afectado o triste, el músico se muestra impasible a este nuevo golpe de Isabel Pantoja, con el que la artista demuestra que no tiene intención de arreglar las cosas con él. Kiko, en línea con su actitud en los últimos tiempos, guarda silencio y evita contarnos cómo se ha tomado el desaire definitivo de la tonadillera.