Los rumores se hicieron realidad cuando se confirmó de forma oficial la cesión de Luka Jovic precisamente al club al que el Real Madrid le había pagado 60 millones de euros hace una campaña y media: el Eintracht Frankfurt. El serbio no la estaba pasando nada bien el conjunto merengue al ser relegado por Zinedine Zidane, sin integrarse plenamente en la plantilla, superado por Mariano y, lo más importante, sin minutos para demostrar su talento como futbolista; todo eso lo llevó a tomar la decisión de dar un paso al costado y pedir su salida del club en el que llegó con mucha ilusión, pero no por varios motivos no pudo sacar su máximo potencial.
Realmente este era un desenlace que se veía venir, más al observar que en un mes el balcánico no vio ni un solo minuto en esta etapa tan dura de partidos por las que pasó el Real Madrid. Las esperanzas que habían sembradas en el joven de 23 años eran muchas; algo entendible tras ver que entre todas las competiciones, en la que se incluía un campeonato tan duro como la Bundesliga, marcó 27 goles con el Eintracht. Esta hazaña no pasó desapercibida por los grandes equipo, pero fue el conjunto merengue el que se lanzó con todo para obtenerlo, alentado por un Zidane que lo pidió, y al final acabó como un fiasco mayúsculo. Muchas son las razones de su fracaso, aunque esta claro que cuatro se pueden considerar como las principales.
2Nunca supo aprovechar las oportunidades
Aunque es cierto que el técnico francés le dio pocos minutos, más real es que en lugar de salir a comerse el mundo en los pocos segundos que tenía en cancha, Luka Jovic nunca pudo aprovechar las ocasiones para revertir su difícil situación. Sus intervenciones fueron cada vez más irregulares con el paso del tiempo, al punto de que cuando estaba en cancha no se notaba la diferencia. El ataque era nulo con su presencia y en cada una de sus titularidades se fue sin dejar rastro de que paso por allí; es decir, que nunca pudo anotar un gol.
Ya en esta temporada tampoco pudo intervenir mucho por lesiones y la falta de fe de Zidane, pero cuando lo hizo ni asistió ni mucho menos marcó. Los dos goles de blanco que hizo, los anotó la temporada pasada y en esta se devolvió al conjunto alemán sin siquiera dejar su huella al menos una vez. El estratega galo lo tenía como segundo delantero por detrás de Benzema; al punto de que en una rueda de prensa dejo claro que fue él quien pidió su fichaje y recalcó que lo utilizaría. En la práctica hizo lo posible por cumplir, porque dejó ir a Borja Mayoral y relegó a Mariano; sin embargo, el nulo aporte que ofreció Luka Jovic lo terminaron sacando de la consideración del técnico, hasta que el hispano-dominicano le quitó el puesto como suplente de Benzema; eso acabó desatando su salida definitiva.