En los meses de temperaturas bajo cero e intensas heladas bajo cero, si el coche pernocta a la intemperie, no será raro llegar por la mañana y encontrar que es difícil ponerlo en marcha. Para evitarlo, te contamos qué debes hacer para arrancar el coche en frío. Cuando el vehículo lleva varias horas durmiendo bajo unas gélidas temperaturas, lo último que quiere es tener que iniciar la marcha de forma brusca. Para evitar que sufra, lo mejor es dejar que entre poco a poco en calor. De lo contrario, podría acelerarse su proceso de desgaste y, lo que es peor, causar averías que podrían llegar a ser incluso graves.
El frío llega y después de conocer algunos consejos para conducir con nieve toca aprender a arrancar en frío con seguridad para que ni tú ni tu vehículo pueda sufrir lo más mínimo. El frío extremo no es bueno para tu vehículo: muchos elementos mecánicos pueden sufrir más de lo habitual, por eso es importante seguir una serie de recomendaciones o consejos para arrancar este en frío. De esta manera, tu vehículo siempre estará en un estado óptimo de funcionamiento y el paso del invierno será lo más benévolo posible.
¿Cómo afectan las temperaturas bajo cero al coche?
Cuando la temperatura exterior es muy baja, el coche lo nota. Las consecuencias pueden no ser perceptibles hasta pasados unos años, pero en algunos casos afectan de forma inmediata. Por ejemplo, el gélido invierno puede hacer que el aceite del motor reduzca sus propiedades lubricantes, ya que se vuelve más viscoso; que los elementos de goma, como los neumáticos o los manguitos del motor, pierdan elasticidad; o que la batería pierda su capacidad de suministrar corriente, lo que dificulta el arranque.
Y todo ello, sin contar el sobresfuerzo que debe hacer la parte eléctrica para funcionar a temperaturas bajo cero. Por estos y otros motivos es por lo que hay que prestar atención a este asunto, y saber cómo arrancar el coche en frío correctamente.
Claves para arrancar el coche
Si tienes que aparcar el coche en la calle, intenta dejarlo en un sitio que quede protegido del viento o, en su defecto, de espaldas al mismo. También es importante tener el mantenimiento del coche a raya. Además, puedes seguir estos consejos. Como decíamos antes, una batería fría pierde parte de su capacidad para suministrar corriente. Por ello, uno de los trucos que puedes poner en práctica antes incluso de meter la llave en el contacto es templarla un poco.
Puedes usar un trapo previamente calentado en seco (con una plancha, por ejemplo), y dejarlo unos minutos sobre la batería. Si usas otro sistema, debes tener en cuenta que la batería no se debe mojar y, por supuesto, no se puede acercar una llama o material incandescente. Si tu coche es diésel, acciona el contacto dos o tres veces. Entre una y otra, espera que se apague el testigo luminoso de los calentadores (pictograma de una resistencia amarilla) antes de intentarlo de nuevo.
La razón de este truco se encuentra en que el motor, en este caso, se enciende por compresión. Y aquí es donde entran en juego los calentadores, también conocidos como bujías de precalentamiento. Estas piezas se encargan de calentar la cámara de combustión con el objetivo de facilitar el arranque, una tarea decisiva cuando se está a varios grados bajo cero. Al prolongar el accionamiento del contacto, los calentadores trabajarán más tiempo y el esfuerzo, por tanto, será menor. Si tu coche es gasolina y las bujías no presentan ningún problema, puedes accionar el contacto y arrancar al instante, ya que basta una chispa para que el motor se encienda.
Conduce uno o dos minutos al ralentí si estaba a bajo cero
Este consejo es muy útil siempre que se arranque el coche, sea la estación que sea, pero más aún durante los meses de frío. Al principio hablábamos de la viscosidad de aceite, y de cómo ésta aumenta con las bajas temperaturas haciendo que no lubrique correctamente. Por ello, uno de los pilares básicos para el buen mantenimiento del vehículo es esperar a que se caliente. Si el coche lleva varias horas estacionado bajo el frío, el aceite, además de volverse más viscoso, desciende al cárter, es decir, queda muy lejos de la zona que debe lubricar.
En caso de que nada más arrancar revolucionamos el motor, y las piezas no están correctamente lubricadas, lo que estamos haciendo es desgastarlo y, con el tiempo, puede pasar factura. Si, en vez de eso, dejamos que el motor esté al ralentí durante un breve tiempo (el que se tarda en quitarse el abrigo y colocarse bien en el asiento) estaremos haciendo que se caliente y vaya lubricando las piezas del motor. Si el frío es muy extremo, también podemos circular durante un par de minutos al ralentí para dejar que se aclimate, y después, hacerlo suavemente subiendo la intensidad gradualmente.