El FC Barcelona de Ronald Koeman continúa su andar en esta temporada que tenía todo para convertirse en una de reformación total, pero que al final se ha quedado en nada por la ineptitud y malas decisiones de la anterior diligencia que comandaba Josep Maria Bartomeu. En ese sentido, el equipo ha ido remando contracorriente, mostrando todas sus irregularidades y dejando en evidencia que no es el mismo de años anteriores; pero si bien eso está más que claro, los balugranas continúan en la lucha y siguen con vida en todas las competiciones. Aunque el recuerdo de la temporada pasada, sin títulos y con la humillación de Champions League ante el Bayern Múnich (2-8), todavía está latente; la plantilla sin muchos cambios ha tratado de seguir dando pelea y en el tramo decisivo quieren demostrar que tienen armas para hacerlo.
Con todos sus tropiezos, el Barça se encuentra en el tercer lugar de la Liga, ya clasificado a los octavos de final de Champions League ante el PSG y esperando rival para final de la Supercopa de España luego de eliminar en penales a la Real Sociedad; en buena parte gracias a la labor de un Lionel Messi que pese a no estar al 100% continúa marcando las diferencias y poco a poco se acerca su mejor versión. Sin embargo, el entrenador neerlandés no solo confía en el argentino justo antes de entrar en la parte definitoria de la campaña; su idea es darle galones a un hombre que justamente se le contrató para suplir con su talento los momentos en los que el capitán blaugrana no estuviera y también se hiciera cargo de la parte ofensiva del equipo. Ese futbolista no es otro que Antoine Griezmann.
Un despertar muy esperado
Para todos está claro que Messi es la referencia número 1 del equipo, pero cuando la hora de verdad llegue, esa en la que se definen los títulos, también es deber del ex del Atlético de Madrid colaborar en la faceta ofensiva y eso es exactamente lo que está viendo Koeman con sus últimas actuaciones; unas que han llenado de esperanzas tanto a dirigentes, periodistas y aficionados que desde hace un tiempo creen que el dinero invertido en el delantero francés ha sido totalmente desperdiciado. Y es que en los últimos choques el atacante ha dado muestra de que la dosis de banquillo que le aplicaron no le gustó para nada; por lo que ahora está luchando con todo para que no se la vuelvan a dar en detrimento de Martin Braithwaite.
Koeman parece estar dando con la tecla en sus últimas alineaciones de Griezmann; porque en la faceta ofensiva ha mejorado mucho el de Macon, tanto con goles como con asistencias. En sus tres últimos choques ha estado inspirado: ante el Athletic firmó un pase a gol para Messi; frente al Granada anotó un doblete y asistió nuevamente al «10» del Barça; y ante la Real Sociedad dejó otro pase para que marcara De Jong. En total, Griezmann tiene siete goles esta temporada y poco a poco va recuperando la sonrisa. Las críticas lo han arreciado duramente desde el inicio de temporada; pero en este 2021 no ha podido comenzar mejor gracias a sus buenas intervenciones, por lo que se podría decir que quiere empezar el año con todo para demostrar que realmente está despertando de una vez por todas.
Griezmann quiere que sea su momento
Si bien ante la Real Sociedad en la Supercopa de España dio la asistencia, también se le pudo ver errando algunas posibilidades claras para anotar; además de que en la tanda de penales, él fue uno de los que falló su tiro al mandarlo a las nubes. Aunque no le fue del todo bien, lo crucial es que no se escondió y a pesar de los fallos por lo menos estuvo allí para cometerlos, en lugar de ser ese Griezmann que ni aparecía en cada uno de los partidos y muchos ya colgaban el cartel de transferible. El francés tiene como meta irse reivindicando partido a partido; algo que puede ser muy beneficioso para Koeman, porque si lo logra dispondrá de una pieza letal que antes tenía, pero estaba dormida o sentada en el banquillo.
La Supercopa de España puede ser el inicio de una racha que acabe muy bien para el Barcelona, porque esa mejora que ha demostrado en los últimos choques la hacen llegar como favorito a este certamen; no obstante, tanto para el equipo como para Griezmann puede ser el pistoletazo de salida para demostrar su valor ante afición, prensa y compañeros. Incluso este torneo podría ayudar a preparar mejor unos octavos de final de Champions League que están a la vuelta de la esquina, pero que hace unos meses se veían muy nublados, más al enterarse de que el rival sería el PSG; pero justo ahora comienza a asomarse un rayo de esperanza. Koeman dispone de buenas armas, una de ellas es el delantero galo y solo depende de él demostrar que su momento ya ha llegado.