El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado este jueves un paquete de ayuda económica valorado en 1,9 billones de dólares (1,5 billones de euros) para hacer frente a la crisis económica provocada por la crisis del coronavirus, que ha dejado más de 23 millones de casos y 388.000 fallecidos en el país.
«Durante esta pandemia, millones de estadounidenses, sin tener la culpa, han perdido la dignidad y el respeto que conlleva un trabajo» ha comenzado Biden en una comparecencia celebrada en Delaware, en la costa este de Estados Unidos, con la presencia también de la que será su vicepresidenta, Kamala Harris.
El futuro jefe de la Casa Blanca ha anunciado un nuevo plan de rescate y de recuperación formado «por dos pasos», el segundo de los cuales, ha dicho, será detallado el mes próximo durante su primera comparecencia ante el Congreso, pero ha avanzado que a través de una serie de «inversiones históricas» se prevé la creación de 18 millones de puestos de trabajo.
Biden, quien ha agradecido a los congresistas republicanos y demócratas que alcanzaran un acuerdo el pasado mes de diciembre para lanzar un paquete de ayuda de emergencia contra la COVID-19, ha señalado que el primer paso de su plan de rescate está enfocado en la lucha contra la pandemia.
Así, dentro de ese plan se contemplan unos 400.000 millones (330.000 millones de euros) para la creación de un programa nacional de vacunación, con el que se espera alcanzar a unos 50 millones de personas, y a la reapertura de colegios y centros educativos durante sus primeros 100 días en el Despacho Oval.
Además se destinarán unos 350.000 millones de dólares (290.000 millones de euros) para gobiernos locales y estatales, mientras que el resto del dinero irá directamente al bolsillo de los ciudadanos estadounidenses afectados por la crisis, a través de pagos de hasta 1.400 dólares (1.150 euros) y otras ayudas en materia de vivienda, o programas de nutrición infantil, para las familias con pocos recursos, así como para las pequeñas y medianas empresas afectadas por la caída de ingresos.
Biden ha reconocido que «es mucho», pero ha justificado su ambicioso plan explicando que la salud misma de Estados Unidos «está en juego» y por lo tanto hay que «actuar ahora». Para ello, consciente de las dificultades de lograr el visto bueno, por lo menos en el Senado, ha apelado a la necesidad de «más bipartidismo».
Pese a que los demócratas empataron las fuerzas en el Senado al obtener sus dos últimos escaños con el triunfo en la segunda vuelta en el estado de Georgia, y que cuentan además con el voto de desempate de la futura vicepresidenta, Kamala Harris, existe una facción más conservadora dentro del partido que podría no avalar el plan debido a su alto coste.
Fue precisamente esa razón la que paralizó durante meses un acuerdo entre republicanos y demócratas para firmar el anterior plan de ayuda económica contra el coronavirus, valorado en 900.000 millones de dólares (735.000 millones de euros), que contempla cheques de 600 dólares (490 euros) para las familias.
El mes pasado, estas ayudas comenzaron a repartirse, después de varios días a la espera de la firma del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien durante ese tiempo criticó lo «ridículamente» bajos que eran esos 600 dólares y pidió que el Congreso los subiera a 2.000 (1.600 euros) o 4.000 dólares (3.300 euros). La Cámara de Representantes, liderada por los demócratas, dio luz verde al proyecto, pero no así el Senado, que no celebró votación alguna al respecto.
Tan sólo en la primera semana de enero ya ha habido una subida del 25 por ciento en las solicitudes para acceder a estas ayudas con respecto a los siete días anteriores, lo que significa 1,15 millones más de estadounidenses, según ha detallado también este jueves el Departamento de Trabajo, que cifra en 140.000 los puestos de trabajo perdidos sólo en diciembre.
Durante la última semana, informa el Departamento de Trabajo, se han registrado 284.000 solicitudes para acceder a la prestación por desempleo destinada durante la pandemia a los trabajadores autónomos, quienes suelen quedarse fuera del resto de ayudas.