El cuerpo humano utiliza la energía combinada de diferentes elementos para poder realizar múltiples actividades durante el día, y algunas personas, como los deportistas, pueden necesitar de grandes cantidades de esta ya que realizan mayores esfuerzos físicos, y es por esto que el organismo guarda una porción de energía en forma de glucógeno.
La palabra glucógeno se encuentra compuesta por dos términos que provienen del griego, el primero es “glykys”, que se podría traducir como “dulce”, y se refiere a que este elemento está compuesto por glucosa; el segundo término es “geno”, que significa “linaje”, aunque también puede ser relacionado con “producir”, lo que puede estar ligado a la cantidad de glucosa que posee.
¿Cuál es la definición de Glucógeno?
El glucógeno es una biomolécula que se encuentra dentro de la categoría de los carbohidratos, también llamados glúcidos, y puede ser definido como un polisacárido, es decir, una cadena formada por múltiples monosacáridos, siendo en este caso 10, que son conocidos por ser la unidad mínima de azúcares, pues no se pueden descomponer por medio de hidrólisis.
Dentro del mundo de los deportes se conoce al glucógeno como el combustible principal para todos los deportistas, debido a que es un componente de reserva que se utiliza en caso de que se realice una actividad física muy intensa que requiera de un esfuerzo mucho mayor.
Esto se debe a que la energía que utilizamos comúnmente proviene de la glucosa que se encuentra en la sangre, junto con las grasas, las cuales se combinan para realizar tareas que requieren de un mínimo esfuerzo, mientras que el glucógeno se encuentra almacenado en el organismo y solo será utilizado en determinados casos.
Historia del glucógeno
En un principio, se pensaba que las plantas eran los únicos seres vivos capaces de producir azúcares, y que luego estos eran degradados por los animales, aunque no se sabía en qué parte del organismo realizaban esta función, por lo que Claude Bernard se propuso contestar este cuestionamiento.
Sin embargo, lo que Bernard descubrió fue que dentro del organismo se encontraba una salida del hígado en la que había presencia de azúcar, pero que no tenía un espacio de entrada, por lo que se debió formar dentro de este, aunque en principio se creyó que este científico estaba equivocado, y que el hígado solo actuaba como órgano almacenador de azúcares.
Las ideas de Claude Bernard fueron constatadas cuando se descubrió la gluconeogénesis, el cual es un proceso del organismo que ayudaba en gran medida a la formación del glucógeno hepático, lo que rompió los esquemas que se tenían hasta el momento sobre la nutrición y dio paso a una investigación más exhaustiva en donde se descubrió glucógeno en otros lugares del cuerpo.
Almacenamiento del glucógeno
Al ser utilizado exclusivamente como energía de reserva, el glucógeno es almacenado dentro las vacuolas del citoplasma que se encuentra en las células, y es encontrado en el hígado y en los músculos, aunque también se puede observar en menor medida en algunas células gliales del cerebro.
Las vacuolas en donde se guarda el glucógeno son una especie de vesículas que forman parte de la célula, y poseen las enzimas que se necesitan para realizar el proceso de hidrólisis que transforma a este componente en glucosa para ser utilizada como energía. El color que se puede apreciar en el glucógeno es de un blanco muy similar al que se observa en el almidón.
¿Cómo se utiliza el glucógeno dentro del organismo?
El proceso que realiza el organismo para utilizar el glucógeno se puede resumir de la siguiente manera: cuando el cuerpo requiere de energía extra para realizar determinadas actividades, o en momentos en los que se encuentren en tensión o alerta, empieza a descomponer el glucógeno mediante la hidrólisis.
La hidrólisis es definida como el procedimiento mediante el cual se desdobla la cadena que conforma el glucógeno por medio de agua, para descomponerlo hasta que sea un monosacárido, es decir, su unidad más simple, y que esta se pueda incorporar al metabolismo y ser utilizado como energía extra.
Tipos de glucógeno
El glucógeno presenta una división que se realiza de acuerdo a la función que cumple este dentro del organismo, por lo cual se pueden encontrar dos tipos diferentes de este componente, repartidos dentro del hígado y de los músculos del cuerpo.
El primer tipo de glucógeno es el que se ubica dentro del hígado, conocido como hepático, y tiene como función principal regular la glucosa que se encuentra concentrada en la sangre, lo que se realiza por medio de las hormonas glucagón e insulina, que se encargan de controlar la conversión de glucógeno a su mínima expresión en esta parte del organismo.
Por otro lado, el glucógeno muscular, como su nombre lo indica, se encuentra almacenado dentro de los músculos, y entre sus funciones está la de dotarlos de energía para cubrir los requerimientos que presenten al momento de realizar cualquier tipo de actividad que necesite de un gran esfuerzo, ayudando en el proceso de contracción muscular.
El glucógeno y los trastornos metabólicos
Existen una serie de enfermedades, generalmente hereditarias, que afectan en gran medida el proceso de formación y utilización del glucógeno dentro del organismo, conocidas como glucogenosis, o trastornos del metabolismo del glucógeno.
Una de las enfermedades más conocidas que afecta al metabolismo del glucógeno es la diabetes, pues hace que existan cantidades anormales de insulina, lo que genera un proceso de almacenamiento y uso del glucógeno completamente diferente al que se puede observar en cualquier persona. De hecho, el nivel de azúcar en sangre ha definido el pronóstico de los pacientes con Covid-19.
La hipoglucemia es otra enfermedad que puede afectar el proceso del glucógeno, pues la insulina que se encuentra en el organismo es mucho mayor a los niveles normales, lo que evita que se puedan mantener regulados los niveles de azúcar en la sangre y la falta de información sobre ella es inquietante, porque más de la mitad de los diabéticos tipo 2 no identifica bien las hipoglucemias.
Así como esta, existen muchas otras afecciones que pueden afectar el proceso de almacenamiento y uso del glucógeno, por lo que es necesario asistir a un especialista en caso de poseer alguna de estas, para que se encargue de realizar un diagnóstico que permita brindar un tratamiento que regule los niveles de azúcar de manera adecuada.