El Museo del Arroz ha reajustado las actividades y materiales de sus acciones didácticas ante la pandemia: por un lado, sus profesionales se desplazan hasta los centros escolares para ofrecer los programas, mientras ofrece actividades en la calle aprovechando que está en un paseo peatonal.
Este centro, situado entre el barrio del Grau y el Cabanyal de València, cuenta parte de la historia gastronómica y tradicional al mostrar el proceso de producción de este cultivo tan histórico en la ciudad.
«Hace más de 1.200 años que los valencianos hemos encontrado en el cultivo del arroz una forma de vivir. En este museo podemos encontrar todas esas fases que sigue el arroz desde que se cosecha del campo hasta que llega a nuestras tiendas», resalta en un comunicado la concejala de Patrimonio y Recursos Culturales, Glòria Tello, tras visitar las instalaciones.
Durante el desarrollo de todas sus actividades se desinfectan todos los materiales antes y después. También se hace partícipes a los niños, poniendo en valor su responsabilidad y la concienciación ante la delicada situación.
Las sesiones se desarrollan con grupos de como máximo seis personas o en grupos burbuja. Una de las que se ha trasladado a la calle se llama ‘Arroceros por un día: de la marjal al molino’, dirigida a alumnos de Primaria.
ARROCEROS POR UN DÍA
En esta actividad, los escolares tienen que poner en común una serie de imágenes que ilustran el ciclo de la vida del arroz, de forma que se da a conocer su proceso industrial. También aprenden las dimensiones históricas y medioambientales del mundo del arroz en València, ya que su cultivo milenario ha implantado muchas de las formas de vida y referencias culturales actuales
‘Arroceros por un día’ dispone en la calle un puzle gigante que explica la formación del lago a través de los años y los diferentes ecosistemas que se dan en el Parque Natural de l’Albufera. Como colofón, una simulación real de las labores de cultivo del arroz con la participación de los alumnos con sus manos.
El Museo del Arroz está localizado dentro de las antiguas instalaciones del Molino de Serra, un molino de arroz que fue construido por la familia Umbert a principios del XX y que estuvo en activo durante casi cien años, integrándose dentro del paisaje urbano del Cabanyal y del Grau. Se convirtió en un referente industrial de la época por su funcionamiento eléctrico y su alta mecanización.
Este edificio, con tres alturas más la planta baja, fue rehabilitado por el Ayuntamiento y convertido en museo para conservar la memoria colectiva. Permite observar el proceso de tratamiento del arroz tal como se abordaba a principios de siglo.
El museo, de gestión municipal y por la Denominación de Origen Arroz de València, es un espacio cultural donde la tradición y la gastronomía del arroz van de la mano y se mantienen presentes en la vida de la capital del Túria.