Eduardo Mendoza pide que Barcelona invierta en el intercambio cultural para los jóvenes

El escritor Eduardo Mendoza ha pedido este martes que Barcelona invierta en el intercambio cultural para sus generaciones más jóvenes, durante un debate de Barcelona Tribuna sobre la proyección cultural de la ciudad, organizado por la Societat Econòmica Barcelonesa d’Amics del País.

«No hay un lugar en el que la gente joven pueda desarrollar sus proyectos, sus inquietudes, sus perplejidades, sus ganas de hacer cosas sin saber muy bien por qué», ha dicho en la mesa redonda online, moderada por el subdirector de La Vanguardia Enric Sierra.

Mendoza ha opinado que la capital catalana está «un poco parada» en ese aspecto y ha echado en falta una inversión económica como sí ha visto en el mundo del deporte.

El autor de ‘La verdad sobre el caso Savolta’ y ‘Sin noticias de Gurb’ ha añadido que el coste de la vida en Barcelona dificulta que los jóvenes se desarrollen en ella: «No sé qué está haciendo la gente joven ahora. Sé que está fuera de Barcelona, que Barcelona expulsa la gente joven por razones económicas, de posibilidades de trabajo».

Mendoza ha resumido que el potencial cultural de Barcelona se basa en una combinación entre «la cultura, el orden y la organización del primer mundo, y el espíritu canalla y abierto del tercer mundo.

Entre ambos aspectos –ha dicho el escritor– se establece un «equilibrio precario que se podría perder».

PROYECTOS CULTURALES

La escritora mallorquina afincada en Barcelona Carme Riera ha pedido hacer de la capital catalana «una ciudad simpática», un atributo que echa de menos en aspectos como el trato humano, la civilidad y la movilidad, que, en su opinión, debe ser sostenible.

La académica de la RAE y autora de ‘Te deix, amor, la mar com a penyora’ ha opinado que Barcelona «tiene muchas posibilidades porque tiene gente muy creadora, muy viva».

Riera ha enumerado como retos la recuperación del proyecto de la biblioteca provincial –parado cuando se descubrieron restos arqueológicos en el antiguo mercado del Born– y el impulso de un centro de documentación y archivo de legados culturales, a semejanza del que propuso la agente literaria Carmen Balcells bajo el nombre ‘Barcelona Latinitatis Patria’.

Riera ha lamentado además que las autoridades hayan decretado el cierre de las librerías en fin de semana como parte de las medidas para contener la pandemia de Covid-19.

El director de la Galeria Senda y codirector del Festival Loop Barcelona, Carlos Duran, ha dicho que ve a Barcelona «desnortada» en su salida del contexto postolímpico.

Ha reclamado encontrar un «proyecto común» para superar la crisis de la Covid-19, que incluya todas las instituciones culturales, ponga los artistas en el centro de la gestión y tenga en cuenta a las minorías que pueblan la ciudad.

Además, Carlos Duran ha lamentado que el mundo cultural barcelonés haya «desatendido la audiencia local» en los últimos años.

El escritor Miquel Molina ha reclamado «aprovechar cada evento que seamos capaces de captar» e integrar el potencial científico de la ciudad con su tejido cultural.

El también director adjunto de ‘La Vanguardia’ ha pedido seguir desarrollando la capitalidad literaria de la ciudad, pero evitando que se creen dos circuitos editoriales, uno en catalán y otro en castellano.

Molina, que ha propuesto una planificación cultural para Montjuïc y los ejes de la Rambla y el Paral·lel, ha reclamado un pacto cultural entre las diferentes fuerzas del Ayuntamiento de Barcelona, visto que se han podido aprobar los presupuestos municipales con una mayoría plural.

En el turno de debate, todos los ponentes se han mostrado a favor del impulso del museo Hermitage en Barcelona, menos Mendoza, que no se ha posicionado, y el presentador del acto y presidente de la SocietatEconòmica Barcelonesa d’Amics del País, Miquel Roca, que, como expresidente del MNAC, se ha mostrado reticente a invertir en un nuevo museo mientras no se resuelva la «penuria» del tejido existente.