Llegamos al mundo siendo muy vulnerables a los peligros del entorno, de hecho, un bebé necesita obligatoriamente de los otros para sobrevivir, sobre todo de su madre, figura dadora de calor y alimento; y de su padre, que es la figura protectora, que provee de entorno seguro; de allí nacen relaciones o vínculos de apego que son necesarios para subsistir.
Estos vínculos van a ser la base para el desarrollo de la forma de ser del individuo y constituyen la fuente primaria de afectos como el amor, y de la confianza necesaria para moverse en el medio ambiente, conocerlo, y luego, en la medida en que como humanos interaccionamos con el mundo, transformarlo, que es lo que hacemos como raza.
Sin embargo, estudiosos han descrito diferentes intensidades y direcciones del vínculo del apego, que determinan formas particulares de sentimientos y de conductas hacia los demás, pudiéndose producir formas negativas de interacción que a la larga crean daños en nuestros organismos y en las relaciones sociales.
Es un vínculo necesario según Bowlby
Entre 1969 y 1980, el psicoanalista inglés John Bowlby desarrolló estudios importantes con los que llegó a formular la Teoría del Apego, que es básicamente el punto de partida de los trabajos clínicos de hoy. Es tan relevante que las familias adoptivas demandan atención temprana para abordar los trastornos de apego de los menores.
Bowlby aseguró que estos vínculos en la infancia creaban relaciones emocionales seguras, ya que es un mecanismo humano de adaptación para la búsqueda de protección ante situaciones hostiles del medio ambiente en que nos desarrollamos; pero que existen muchas variantes en cuanto a la relación con el cuidador con determinadas situaciones conductuales posteriores, como es lógico.
Definiendo al apego
Lo que en realidad definimos como apego es una conducta, y se refiere al comportamiento que hace que una persona conserve o alcance una cercanía o proximidad con otro individuo que diferencia y prefiere; así que si el objeto del apego permanece accesible generará tranquilidad, y lo contrario, en caso de imposibilidad para percibirlo.
El aferramiento patológico puede llegar a provocar conductas francamente neuróticas como llanto, intranquilidad, desesperanza; y hasta situaciones impulsivas como gritos y búsquedas frenéticas; amén de las sensaciones corporales de ansiedad, como trastornos cardiovasculares y hormonales, descritos como sudoración, frialdad, aumento de respiración y otros síntomas.
Pero el apego no solo ha sido estudiado teniendo en cuenta a personas como objeto del mismo, también puede verse ante cosas y situaciones, lo que ha hecho que hoy en día se hayan formulado tratados sobre la esclavitud del hombre por modos de vida, o sobre el aferrarse a circunstancias y situaciones que aparentemente producen no solo protección sino placer.
El apego cumple funciones importantes
Desde el punto de vista de estudios psicológicos y sociológicos, el apego cumple funciones primordiales para el establecimiento de las relaciones sociales; y aunque ya habíamos mencionado como su objetivo principal, el de protección vital, es necesario desglosar estos beneficios.
Mediante el apego el ser humano mantiene la proximidad con otros individuos, lo cual es muy relevante ya que somos seres gregarios que necesitamos a los otros para sobrevivir y evita la depresión; por otro lado, es la sensación básica que utilizamos para explorar el entorno, y además, nos ofrece la seguridad del refugio adecuado en el que buscar consuelo y seguridad ante los peligros y amenazas ambientales.
Tipos de apego que se estudian hoy
Los estudios de psicología han establecido tres tipos básicos de apego, con los cuales podemos comprender la forma en que el ser humano determina su conducta de interacción con los otros y la forma en que tiende a establecer vínculos desde la infancia hasta la edad adulta.
El llamado Apego Seguro
Es la forma más frecuente y confiere protección contra las psicopatologías; consiste en la capacidad de una persona de distinguir a quienes le protegen o cuidan; así, un niño busca a su cuidador cuando hay peligro; y ya de adulto, la persona busca a aquellos en lo que ha depositado su confianza y que ve como un objeto honesto; siendo esto la base donde se construyen las relaciones de amistad.
El estilo de apego seguro se ha observado en un 65 a 70 % de niños y se basa en la respuesta de calidez, cercanía, conexión y correspondencia del cuidador, en este caso, la madre, por supuesto; y una vez que está ante el cuidador, se experimenta el entorno sin miedos.
Apego Inseguro Evitativo
Lo muestran del 20 al 30% de los niños y se describen como si no tuvieran confianza con su cuidador principal; habiendo poca ansiedad ante la separación del mismo y un evidente desinterés ante el re-encuentro; e incluso, si el cuidador, es decir la madre, busca cercanía, se produce rechazo.
Se considera que el cuidador parece ser que está poco disponible durante el desarrollo del niño, por lo que aunque éste no aparenta sentir angustia en la separación, si hay cambios fisiológicos que sugieren reacción de ansiedad; y aunque se pueda interpretar como de una gran seguridad ante la situación extraña, la verdad es que estos pequeños muestran problemas emocionales fuertes posteriormente.
La madre o cuidador, en estos casos, muestra actitudes sobrestimulantes e intrusivas en relación al normal desarrollo intelectual del niño, y la relación entre ellos se ha descrito como hostil, rígida y de aversión al contacto.
Apego Inseguro-Ambivalente
Estos casos van del 5 al 10% de los niños, los cuales muestran una gran ansiedad de separación del cuidador, pero que no llegan a tranquilizarse al reunirse nuevamente; el niño exagera el afecto en un intento por llamar la atención; y en el momento de la separación son incapaces de mostrar interés al entorno extraño.
Casos en los que se aprecian respuestas emocionales como irritación, resistencia al contacto y al acercamiento; y es evidente que en las características maternas o del cuidador se aprecie una disponibilidad física y emocional de tipo ocasional hacia el niño; de allí que estos sean más propensos a la ansiedad y tengan gran dificultad para la exploración del entorno.
Si es problemático hay que buscar ayuda
Como vemos, el apego, que hoy en día es un tema tan frecuente en blogs y en revistas inherentes a la conducta, es una situación que nace de las relaciones tempranas, cuando apenas nacemos; por lo que hablar de una manera alegre del mismo pudiera colocarnos en una situación superficial e irresponsable.
Muchas veces ante el aferrarse a personas, lugares y hasta situaciones, con todo lo doloroso que pudiera ser la separación, hay que buscar ayuda profesional para lograr entender por qué se producen estos vínculos y lograr así la independencia, que como seres adaptables, debemos igualmente estar en posibilidad de asumir ante los cambios de nuestra existencia.