El efecto placebo es aquel que funciona para brindar mejoría y hasta ‘desaparecer’ síntomas de una enfermedad a través de un tratamiento sin propiedades curativas. Es decir, que las personas que padecen una enfermedad toman un tratamiento sin efecto alguno.
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La persona que se toma el placebo realmente no consume un tratamiento para atacar un síntoma o frenar la enfermedad. Solo está consumiendo una pastilla sin ningún efecto pero la mente es la encargada de convencer al organismo de los efectos que produce dicho medicamento.
Mayormente el efecto placebo es dado a las personas sin su conocimiento, o sea no saben que están tomando medicamentos sin efecto alguno. Por lo que sus ‘mejorías’ son a raíz de sustancias inocuas, que no tienen efectos, por tanto los resultados de mejoras son inexistentes.
A través del efecto placebo muchos médicos han comprobado que los circuitos de dolor y la secreción de opioides se modifican ante la expectativa del placebo.
El uso del término placebo en contexto medicinal para administrar a pacientes tratamientos inocuos, datan del siglo XVIII. En esta época se reconoció que muchas de las sustancias que se usaban para curar enfermedades no tenía efectos reales y solo se usaban para complacer al enfermo.
Es decir para hacerle creer que estaba consumiendo un tratamiento para atacar su dolencia, cuando realmente estaban tomando algo que simulaba ser medicamento.
El efecto placebo y la mente humana
Hay varias investigaciones que tratan de entender el funcionamiento del efecto placebo. Pues es quizá un tanto extraño que una persona muestre mejoría sin tomar un tratamiento real.
Son varias las investigaciones psicológicas en la que se demuestra cómo es que el cuerpo en relación al cerebro reaccionan frente a sustancias inocuas.
Varios estudios han demostrado cómo los pacientes al tomar un placebo que es presentado como analgésico, aumentan la secreción de opioides endógenos. Estos resultan más efectivos y de hecho se activa las vías neuronales que inhiben la transmisión del dolor.
Si bien es cierto que muchas veces se ha experimentado con el efecto placebo y los pacientes al no recibir tratamiento real tienden a complicaciones. También es cierto que muchos han notado mejoras tras consumir medicamentos sin efectos.
Justamente aquí entra el poder que tiene la mente humana de hacer entender que está tomando un medicamento para atacar un dolor, pero este es sin efectos. Tal interés ha desatado el efecto placebo, que muchos se preguntan cómo es que el pensamiento puede influir en los procesos mentales básicos y hacer modificaciones en el organismo.
En 1955, Henry Beecher demostró que los pacientes respondían a los placebos y definió este término como un falso tratamiento que servía como instrumento psicológico.
De hecho varios estudios afirman que los efectos del placebo pueden incluso hacer que el ser humano responda ante la depresión o el dolor. Demostrando mejoras de ánimos y mejoras físicas. Esto ocurre porque al tener la certeza de que se consume medicina, hay una liberación de endorfinas en la reducción del dolor.
También hay un considerable aumento de los niveles de dopamina endógena en pacientes con enfermedad de parkinson y cambios en el tono de la musculatura bronquial y en el valor de flujo espiratorio máximo en asmáticos.
Factores del efecto placebo
Es cierto que además de hacer que el paciente mejore, también es cierto que puede causar efectos negativos. No por la sustancia que se consume, más bien relacionada a las expectativas negativas que tiene el paciente sobre el tratamiento. Eso puede ocasionar que la enfermedad se complique.
Por ello se dice que para que el efecto placebo funcione, es necesario que se inicien dos mecanismos en la mente del paciente: el condicionamiento clásico y las expectativas.
La persona que tiene un malestar o enfermedad tiene la expectativa de curarse mediante un tratamiento concreto. Esto condiciona la respuesta de su organismo al tratamiento, por tanto a mayor expectativa que tenga el paciente, mayores serán los resultados del efecto placebo.
También entra en juego la percepción, que es cuando la mente del paciente tiende a medir el profesionalismo del experto o médico tratante. También es determinante la sensación que el placebo crea en el paciente, aquí tiene mucho que ver con el tamaño, precio, presentación o apariencia.
Otros factores determinantes en el efecto placebo son:
- La enfermedad para la que se administra. Puede funcionar durante un tiempo en algunas enfermedades como la depresión, ansiedad, dolores regulares y parkinson.
- Los factores geográficos y culturales. Estos condicionan las esperanzas, miedos y expectativas.
- Características del placebo . Los estudios apuntan que el efecto placebo es más potente con las cápsulas que con los comprimidos y que con estos efectos es menor que con las inyecciones.
¿Funciona o no?
Aunque las investigaciones aún se mantienen al respecto, es cierto que el efecto placebo guarda relación con aspectos psicológicos, neurobiológicos y genéticos.
Por tanto es un hecho que funciona y que de alguna manera ha hecho que las personas se sientan mucho mejor tras consumir un medicamento (sin efecto alguno).