El efecto Mandela es un fenómeno en el que las personas comparten un recuerdo de algún hecho vivido pero este nunca ocurrió. Es decir, que el efecto es cuando un determinado grupo recuerda un hecho ficticio como algo verdadero.
Esta expresión nació a través del blog de la surafricana, Fiona Broome en 2009. Quien relató que compartía con otras personas el recuerdo del fallecimiento del político Nelson Mandela en la cárcel en 1980.
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Broome relató que recordaba el funeral en su honor transmitido por televisión, pero en realidad, Mandela fue liberado en 1990. Alcanzó la presidencia de Sudáfrica y disfrutó el resto de vida hasta morir en 2013.
Según Broome, el cerebro humano tiene la capacidad de modificar los recuerdos con el tiempo. Como la memoria se construye de fragmentos enlazados, puede inducir a errores en el procesamiento de información. Es decir distorsionar un poco los hechos.
Los recuerdos reales son interferidos por nuevas informaciones recibidas del entorno, por el sistema de creencias y la imaginación. Todo es responsable de conectar los fragmentos de un acontecimiento, mientras que la memoria no discrimina los hechos ni la calidad del recuerdo.
Por lo que no distingue si es real o se trata de algo ficticio.
De hecho, esta cualidad de la memoria individual se relaciona con la criptomnesia, que es aquella donde la persona cree que ha inventado algo pero realmente ya ese algo existe.
Teorías sobre el efecto Mandela
El efecto Mandela es quizá un fenómeno extraño y casi inexplicable para la colectividad que considera que un determinado recuerdo es real cuando realmente no sucedió.
Parte de las teorías que trata de explicar el efecto Mandela es la inducción externa de recuerdos y la hipótesis de los universos paralelos.
La teoría de la inducción externa de recuerdos , refiere que las personas son expuestas a la inducción de información por medio de actores sociales. Es decir instituciones o corporaciones a través de la hipnosis o divulgación mediática, por nombrar algunos.
Cuando existe el vacío en la información que no permite ver ni conectar con lo real, este busca solventar el vacío. Mientras la memoria que es incapaz de distinguir recuerdos reales y no reales, almacena todos los datos.
De esta manera, la divulgación mediática colabora en la construcción de recuerdos que son a simple vista ‘coherentes’. Sin importar si es real o no, se aloja en la colectividad y hace creer que cierta información si es parte de la historia.
La teoría de la inducción para explicar el efecto Mandela, juega un papel importante en lo que se conoce como desinformación.
Sin embargo, el efecto Mandela no se relaciona necesariamente con la teoría de la conspiración o de temas de informaciones falsas. Lo que es relevante es la manera en la que el cerebro organiza la información y construye un significado.
Teoría paralelos para entender el efecto Mandela
La teoría de los universos paralelos es la teoría que sostiene Broome sobre el efecto Mandela. Ella asegura que la hipótesis está basada en la física cuántica, en la que existirían planos paralelos en el universo.
En ellos el ser humano tendría la plena capacidad de participar , por tanto varias personas pueden tener los mismos recuerdos o semejantes.
Aunque muchos aseguran que también se puede tratar de un fenómeno de criptomnesia, que es cuando una persona experimenta como propia la vivencia de otra persona. O crea haber tenido una idea original pero la verdad es que ya s una idea que existe y es materializada.
El efecto Mandela también se ve influenciado no solo por la generación del recuerdo, sino por el intento de recuperar un determinado recuerdo. Aquí parte la memoria, que es naturalmente la encargada de construir todo lo que alguna vez vivió el ser humano. Pero en el proceso, y ante el vacío de información muchas veces se tiende a rellenar dichos recuerdos con hechos que pueden o no ser verdad.
¿Un efecto real o ficticio?
Muchos son los que aseguran que el efecto Mandela no se sostiene como un fenómeno científico, si quiera como algo mental. Solo son recuerdos que las personas tratan de reconstruir a partir de información escasa o nula.
Otros consideran que el efecto solo es una farsa y aquellas personas que aseguran padecerlo mienten o solo confabulan historias que saben que no son reales.
Sin embargo, si algo es cierto es que a través de la psicología se ha demostrado que la mente es capaz de todo. Y cuando hablamos de la memoria es sabido que es sugestionable y los recuerdos que esta genera son fácilmente tergiversados.
Por lo que muchas personas que han experimentado el efecto Mandela no implica que quieran mentir, solo tratar de reconstruir recuerdos a partir de información que nunca vivieron. O solo tienen escasas ideas porque la colectividad también asegura haberlo vivido.