Las Navidades han llegado a su fin dejando el turno a un momento donde el consumismo es el protagonista: Las Rebajas. En un año donde la Covid 19 ha inundado nuestras vidas, nuestra manera de comprar no se queda atrás. Esta pandemiatambién está afectando a la forma de obtener lo que deseamos. Las facilidades para compraron line, las restricciones que vivimos tanto en la forma de relacionarnos como de horarios y de aforos o las vivencias de un año tan complicado, son factores clave y que inciden directamente en cómo compramos. Factores que pueden agravar de forma significativa el problema de adicción a las compras. El psicólogo Pedro Neira y el psiquiatra Mauricio Vaughan de la Clínica López Ibor analizan el por qué de los casos y nos ayudan a ponerles freno.
Las conductas adictivas, como las compras compulsivas, se inician con mayor frecuencia en momentos asociados al malestar emocional, por lo que lo que la Pandemia no está ayudando a estos comportamientos. El miedo a lo que vaya a pasar, la rabia, la tristeza, la frustración, son algunos ejemplos de emociones desagradables asociadas a este momento. Comprar, es una conducta que apenas requiere esfuerzo, (más si se realiza desde un dispositivo en casa) y que alivian momentáneamente el malestar emocional. A medio plazo, aparecen de nuevo emociones desagradables, tales como la culpa, las cuales aliviamos con el mismo proceso.» Indica el psicólogo Pedro Neira.
¿CÓMO DETECTARLO?
– La adicción no necesariamente se tiene que hacer a diario.
– Una de las claves más útiles es pensar en si necesitamos de la conducta para dejar de encontrarnos o sentirnos mal en determinados ambientes.
– Sin embargo, con mucha frecuencia son los demás quienes primero identifican nuestra dificultad para controlar, disminuir o ajustar determinado comportamiento.
– En ocasiones atribuimos externamente nuestro malestar emocional, otros son los responsables. Por ello, no nos hacemos cargo del cambio en nuestra vida ni de la resolución de nuestros problemas, manteniendo el malestar resultante de los mismos y acudiendo a conductas inmediatas que lo alivien temporalmente.
¿TIENE SOLUCIÓN?
Las compras compulsivas son un problema difícil de detectar debido a la normalización y efecto cotidiano que tienen las compras. Por lo general, las consecuencias negativas de estas conductas compulsivas tardan en salir a la luz, no sólo porque la persona afectada no reconoce su problema, sino porque el entorno (familia y amigos, clave en la recuperación) no percibe el desajuste con facilidad.
Esto puede hacer que se deterioren las relaciones de la persona afectada con su entorno, pero es importante decir que pueden tratarse y lograr una recuperación del funcionamiento sano de nuestra vida. Es clave identificar el problema, y tratar activamente el problema guiado por profesionales.