Las Campos, hasta hace nada reinas indiscutibles de la televisión y del espectáculo en España, llevan unos años de lenta e inexorable decadencia. Su trono se tambalea, y no parece que haya mucho que puedan hacer para remediarlo. Tanto es así que, en ocasiones, parece que su impotencia les ha llevado a perder los papeles. Para muestra ahí está la esperpéntica entrevista que le hizo Isabel Gemio a María Teresa Campos. Una entrevista bronca, llena de respuestas cortantes y palabras malsonantes, por decirlo suavemente.
No se comprende muy bien cómo es posible que toda una profesional de la televisión como es María Teresa Campos, con miles y miles de horas de plató en su currículum, sea capaz de dar una imagen tan poco apropiada. De caer tan bajo, en definitiva, y no ser capaz de capear la situación con más elegancia. O tal vez no sea tan extraño y todo responda a un afán de llamar la atención, de hacer algo que dé de qué hablar y evitar pasar desapercibida. Lo cierto es que la tensión podía cortarse con un cuchillo. Menudo genio el de la Campos.
2“Eres una cerda”
Son apenas 25 minutos de entrevista en los cuales se condensa una gran cantidad de impertinencias y de cortes. Isabel Gemio encarriló la conversación como pudo, pero la fiera desbocada que es María Teresa Campos no se dejó achicar por las buenas. «He venido a hacer una entrevista, no a hacer terapia», soltó la Campos en un momento dado, ya marcando territorio y disuadiendo a la entrevistadora de meterse donde nadie la llama. En líneas generales, Campos se comportó de una forma bastante maleducada y poco respetuosa con Gemio, que no sabemos si la pagó o no por la entrevista.
Ya al principio las cosas se torcieron con esa ridícula manía de no preguntar o no referirse a la edad de alguien. «¿Te imaginabas así con casi 80 años?», le preguntó Isabel Gemio en los primeros compases de la conversación. Una pregunta inocente, para romper el hielo y sin malicia. No lo vio del mismo modo María Teresa Campos que respondió, así sin más: “Tú eres una cerda». Desde ese momento, todo fue poco a poco a peor.