La cataplexia o cataplejía, son aquellos episodios transitorios de debilidad muscular que se producen en algunas personas. Se dice que es una intrusión en los procesos que regulan el sueño en el estado de vigilia.
La cataplexia es aquella pérdida súbita del tono muscular voluntario en cualquier momento de la vigilia. La persona que lo padece siente un fuerte y repentino momento de debilidad, es decir no logra controlar su cuerpo.
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De hecho algunas personas que sufren ataques de cataplexia fuerte, no pueden moverse, hablar o mantener los ojos abiertos, aunque están completamente conscientes.
Algunos asocian la cataplexia con esfuerzos físicos, emociones fuertes como risa, llanto , ira o vergüenza, es decir que se puede sufrir un ataque al momento de recibir una emoción fuerte.
Cataplexia un mal que ataca en cualquier momento
La cataplexia es un mal asociado al déficit en el hipotálamo de neuronas productoras de hipocretina, un neurotransmisor que se cree podría mediar entre la depresión y los problemas de sueño.
El hipotálamo es una de las áreas que influye en la regulación del sueño y la vigilia, pero aún se desconoce qué es lo que causa el déficit de hipocretina.
De acuerdo a la clínica universidad de Navarra en España, la cataplexia corresponde a una entrada brusca de sueño paradójico o de movimiento ocular muy rápido. Esto se conoce como fase REM y es parte de las características de la narcolepsia.
Las personas que padecen los ataques pueden sufrir una relajación de rodillas o mandíbulas y normalmente duran entre 30 segundos y dos minutos. Puede ocurrir en cualquier momento, es decir puede ser en el trabajo, escuela, baño o cualquier lugar donde la persona se encuentre y se enfrente a emociones intensas.
Cataplexia y narcolepsia ¿es lo mismo?
Los episodios de cataplexia se dan casi de inmediato en el contexto de la narcolepsia, por lo que se puede considerar que la cataplexia es un síntoma ‘cardinal’ de la narcolepsia.
La narcolepsia es un trastorno del sueño que se caracteriza por la aparición de elementos del sueño REM en la vigilia. El síntoma más característico y principal son los ataques de sueño que se dan pese a contar con un buen descanso.
Parte de los síntomas también está los accesos de sueño y la cataplexia, la hipersomnolencia diurna, alteración de sueño y aparición de alucinaciones. En algunos casos hay parálisis de sueño durante la vigilia.
Los casos de narcolepsia no siempre incluyen cataplexia. Cuando hay cataplexia prácticamente se da un déficit de la hormona hipocretina, que ya mencionamos al principio.
Causas de los ataques
Tanto la cataplexia como la narcolepsia son causados por una baja de la hormona orexina o hipocretina en el líquido cefalorraquídeo. Esto debido a que la orexina tiene un importante labor en el mantenimiento de la vigilia y estado de alerta, por lo que su déficit presenta complicaciones.
Por lo que se cree que los ataques de cataplexia son consecuencias de una inhibición súbita y generalizada de las neuronas motoras a nivel de la médula espinal, que causa una pérdida del control de los músculos.
Toda alteración que genera una reducción de los niveles de orexina está expuesta a generar síntomas narcolépticos como la cataplexia. Lo que significa que estos episodios pueden ser como consecuencia de lesiones, malformaciones y tumores cerebrales.
También, se dice que las infecciones encefálicas, accidentes vasculares o enfermedades como la esclerosis múltiple pueden desatar ataques de cataplexia.
¿Existe tratamiento?
La cataplexia no tiene cura pero es tratada fundamentalmente con ciertos medicamentos. Mayormente se utiliza el oxibato de sodio, un medicamento considerado ‘seguro’ y que es eficaz para combatir la somnolencia diurna.
Otros fármacos que se utilizan son los estimulantes, el modafinilo, y los antidepresivos, particularmente los tricíclicos y la venlafaxina.
Se dice que para ayudar a reducir los síntomas de la narcolepsia, la cataplexia y la somnolencia, es recomendable la programación de siestas breves diurnas.
También el mantenimiento de hábitos de sueño saludables.
Algunos especialistas también recomiendan la psicoterapia, esto como un medio para ayudar a prevenir los ataques a partir de la identificación del malestar que los precede.
Todo tratamiento debe ser guiado por especialistas, es decir que la automedicación no está para nada recomendada. Cualquier medicamento que se suministre debe ser bajo y exclusivas indicaciones médicas.
Cualquier automedicación , exceso o dejar de tomar la dosis recomendada por el especialista, puede ocasionar un efecto rebote en algunos pacientes. De hecho en algunos casos el descontrol ocasiona que los ataques se incrementen, es decir que las personas tengas más episodios de los que ya padecían.
Con respecto a presentar algún síntoma como los mencionados o tener alguna duda al respecto, consulta al médico tratante o un especialista. Será quien te aclare y realice el diagnóstico respectivo sobre si se trata o no sobre dicha complicación.