El expresidente de la Audiencia Provincial de Castellón Fernando Tintoré ha fallecido este lunes. Fue nombrado presidente por cinco años a comienzos del año 1991 y renovado en su cargo hasta su jubilación en 2003.
Nacido en Castellón, a los dos años se trasladó con su familia a la localidad de Almenara. Una vez cursado el Bachiller, obtuvo la Licenciatura en Derecho en la Universitat de València y finalizó el servicio militar, ingresó por oposición en la carrera judicial. Fue Juez en Aliaga, Albocàsser, Lucena del Cid, Morella, Pola de Lena, Oviedo y Dénia.
Posteriormente, ascendió a Magistrado y desempeñó la función jurisdiccional en Soria, València, Castelló de la Plana, Vinaròs y Segorbe. Además, fue nombrado presidente de la Audiencia Provincial de Castelló por cinco años a comienzos de 1991, renovado en su cargo hasta su jubilación en 2003. Su «afán de servicio a los ciudadanos» y su «amor por el derecho» le llevó a «seguir aportando su saber» como Magistrado Emérito de la Audiencia Provincial mientras legalmente pudo, hasta 2006.
Tuvo ocasión de ocupar más altos estrados, pero su mayor felicidad fue permanecer con su familia y el «honor más grande», representar al Poder Judicial en la provincia de Castellón, ha indicado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) en un comunicado.
Como profesor asociado de Derecho Civil desde 1984 hasta 1997, primero en el Colegio Universitario de Castellón y en la Universitat Jaume I a partir de su fundación en 1991, tuvo ocasión de compartir sus conocimientos y de formar a varias promociones de estudiantes.
Entre otras condecoraciones, fue distinguido con la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort, precedida por las homónimas de Segunda y Primera Clase, y con el Premio Justicia 2003, otorgado por el ‘president’ de la Generalitat Valenciana.
El presidente de la Audiencia Provincial de Castellón, José Manuel Marco, en la necrológica dedicada al fallecido, ha recordado que Fernando «era un apasionado del Derecho y de la Justicia», ambos «con mayúsculas», y «mostraba esa pasión en sus resoluciones, que destacaban por su singular calidad jurídica y por su ágil y amena redacción, dos virtudes que no siempre van de la mano».
«Cuando llegué a la Audiencia en octubre de 1990, siendo magistrado con poca experiencia, tuve la suerte de compartir tribunal con quienes, con mayores conocimientos, me enseñaron y ayudaron, Fernando Tintoré, Vicente Ortega y Carlos Domínguez. En las deliberaciones Fernando daba muestra de su sabiduría jurídica, desde luego, pero también de su fino sentido del humor», ha señalado.
Así, ha destacado que «notable era la mesura con que presidía los juicios y dirigía los debates». «Como sabemos quienes le conocimos en el ámbito jurídico y fuera de él, era bondadoso y discreto. Amante de su familia, de su querida e inseparable Carmen y de sus hijos Antonio, Carmen y Fernando, así como de sus seis nietos», ha añadido.
Finalmente, ha resaltado que Fernando comentaba con sus hijos abogados temas jurídicos de actualidad y, «acorde con su pasión, ayudaba a sus nietos en sus estudios del Grado en Derecho, del mismo modo que conforme a su sencillez y bondad natural compartía con ellos la confección de apuntes y esquemas».