Por qué vapear es casi igual de malo que fumar cigarrillos

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Las modas son incomprensibles la mayoría de las veces, y mucho más si tienen que ver con fumar. De pronto, un producto o una costumbre empieza a extenderse y no sabemos muy bien por qué. Circulan mitos de todo tipo, afirmaciones sesgadas que nos confunden y la llamada deseabilidad social, que nos pierde. Y acabamos asumiendo como verdad cosas que son mentira y, un buen día, nos vemos adquiriendo un nuevo hábito o utilizando un producto que hasta entonces nos era totalmente prescindible. Esa es, más o menos, la historia de cómo el vapear entró en nuestras vidas y se instaló de lleno.

Ya no es nada raro ver a gente por la calle o en los bares con su vapeador, “fumando”. Hace tres o cuatro años, tal vez algo más, eran casi marcianos los que lo hacían. De pronto empezaron a abrir decenas de tiendas que vendían este tipo de vapeadores bajo la promesa de que eran mucho más sanos que fumar cigarrillos. Poco a poco, gracias a la ciencia y a las investigaciones independientes, esa mentira ha ido desmontándose  con el tiempo. Hasta el punto de que hoy sabemos de que los riesgos son más o menos los mismos.

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Los daños del vapeo

Los cigarrillos electrónicos, como hemos explicado, se recomiendan para dejar de fumar. Como una forma de fumar transitoria, para ir superando el hábito poco a poco. Pero su uso a largo plazo puede ser igual de perjudicial que el de los cigarrillos de toda la vida, e incluso hay expertos que dudan de su utilidad para dejar de fumar. Por ejemplo, estos vapeadores llevan nicotina, que es igual de adictiva que la nicotina del tabaco e igual de dañina para el desarrollo del cerebro en el caso de los adolescentes y los jóvenes en la veintena. 

Estos cigarrillos electrónicos producen una serie de vapores y aerosoles que inhalamos y llegan a los pulmones. Además de nicotina, con los daños consabidos, estos aerosoles contienen una serie de metales pesados potencialmente dañinos para la salud. Podemos citar, por ejemplo, el plomo y otra serie de sustancias cancerígenas. De hecho, los expertos del estadounidense Centers for Disease Control and Prevention están estudiando clasificar el cigarrillo electrónico como un producto dañino para el pulmón. 

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