- Abierto en 2007, El Hórreo, situado en el madrileño barrio de Chamartín, se ha convertido en un referente de la gastronomía asturiana.
- Entre sus especialidades destacan las alcachofas rellenas de rabo de toro, las croquetas de txangurro o el clásico cachopo.
Estar como en casa. Así es como buscan en El Hórreo, con casi 14 años a sus espaldas, que se sientan sus clientes cada vez que cruzan la puerta de su restaurante, situado en Chamartín. Lo cierto es que lo han conseguido. Su clientela fija se ha convertido en una familia y los saludos, ahora marcando la distancia de seguridad, son habituales entre quienes se encuentran por casualidad. Buena comida y un trato al cliente impecable son los elementos que han terminado de auparle como el referente asturiano en Madrid.
Y es que en El Hórreo apuestan por traer un trocito de Asturias a Madrid, cuidando la calidad de la materia primera. Paco, el capitán de este barco, recomienda siempre con buen tino, tratando con familiaridad a los clientes fijos, a los que conoce por su nombre.
Las croquetas de txangurro… espectaculares
Es difícil elegir entre uno de sus entrantes. Destacan sus croquetas de txangurro, crujientes por fuera, con un doble rebozado y cremosas por dentro, con un sabor intenso y absolutamente delicioso. Tampoco hay que dejar pasar por alto su pulpo a la brasa, que se acompaña de un puré de patata ligero y un huevo poché, o la cecina de León, servida junto a un inmejorable queso de cabra.
Con respecto a los primeros, sus alcachofas rellenas de rabo de toro son algo fuera de lo común. El rabo de toro, tierno, ya deshuesado, y jugoso, conjuga a la perfección con el sabor de las alcachofas, que prácticamente se deshacen en la boca. Igualmente aconsejables son sus chipirones encebollados o su tronco de bonito con pimientos asados.
La cuchara como protagonista
Los platos de cuchara, como no podía ser menos, son uno de los fuertes de El Hórreo. Su fabada, plato típico asturiano, verdaderamente reconforta. La salsa, ligada y espesa, se funde perfectamente con las alubias que vienen con todos sus sacramentos. Por su parte, las verdinas con frutos del mar son un imprescindible absoluto, tanto que te arrepentirás si no las pruebas.
Entre las carnes, imposible ignorar el cachopo de El Hórreo, emblema de la gastronomía asturiana. Abundante, tierno y servido con patatas fritas y pimientos del padrón, es una apuesta siempre segura. Igual que su chuletón de vaca, preparado sobre una piedra para que cada uno pueda decidir el punto de cocción.
Postres de infarto
En cuanto a postres, destacan el flan de coco, la tarta de queso y, no podía faltar, el arroz con leche cremoso, un auténtico colofón que pondrá la guinda en el pastel a una comida perfecta. Asimismo, cuentan con una extensa bodega con una amplia variedad de referencias, ideales para disfrutar mientras se aprecia una verdadera reproducción de un Hórreo. Piedra, madera y techos con azulejos, típicos de la antigua construcción asturiana, hacen de este restaurante un lugar muy especial que no te dejará indiferente.
“Uno de los mejores asturianos que he conocido. Llegamos por casualidad buscando un sitio para cenar un viernes a las 22:30 y qué gran elección pues nos trataron como si nos conocieran de toda la vida. Comida de 10, buena materia prima y en grandes cantidades. Paco nos guio en la elección de los platos. No dejes de probar las alcachofas rellenas de rabo de toro y el cachopo, uno de los mejores que he comido. No por gusto han quedado primeros de Madrid. Sin duda volveremos”, asegura uno de sus clientes.
Primer restaurante del Grupo Asgaya
“El Hórreo Asturiano es el primer restaurante del Grupo Asgaya de Restauración, donde la gastronomía tradicional asturiana es la protagonista con mayúsculas. Cualquiera que haya pasado por El Hórreo, sabe de lo que hablamos, y si no, en su primera visita podrá degustar una cocina de gran calidad y comprobar lo que decimos. Nuestros clientes destacan de El Hórreo -como le llaman los habituales- el “sentirse como en casa”, el poder pasar horas y horas de charla y comida en un ambiente distendido, y sin olvidar a los camareros, siempre pendientes de todos los detalles y buenos conocedores de los gustos de los clientes habituales y con olfato para satisfacer al nuevo visitante”, explican desde el restaurante.
Manuel Fernández o Manolo como le gusta presentarse, dirige con acierto y pasión el Grupo de Restauración Asgaya. Asturiano de nacimiento y de corazón, y madrileño de adopción, ha dedicado toda su vida al mundo de la hostelería. En 1981 Manolo montó su primera taberna, Viga-Mars, con gran éxito por sus tapas y desayunos, y empezó su imparable carrera como empresario hostelero. Unos años más tarde, en 1986, inauguró La Charca, un restaurante taberna situado cerca de la Plaza de España, un espacio acogedor con gran calidad en su cocina y una amplia carta de coctelería y de combinados con un enfoque afterwork. En ambos proyectos fue ganando experiencia y, visto el éxito que tuvo su propuesta, Manolo decidió abordar la apertura de su primer restaurante en 2007: El Hórreo Asturiano, un local con una carta basada en lo mejor de la gastronomía asturiana.
Enbable, lo último del grupo
Tal fue su reconocimiento y fama que se vio obligado a dar un paso más, consolidando de esta manera su proyecto empresarial con la creación del restaurante Asgaya, su proyecto estrella. Asgaya es la culminación de un sueño que tras más de cuarenta años de dedicación al apasionante mundo de la restauración ha visto la luz. Asgaya es un restaurante moderno y cálido al mismo tiempo, que dispone de una agradable y amplia terraza abierta todo el año.
Su último proyecto abierto este año, se llama Enbable, situado en la Plaza del Perú, es una taberna asturiana diferente en el que se mezclan varios ambientes. Enbable ofrece ingredientes típicos de Asturias que complementa con otros de la gastronomía española, elaborando platos típicos asturianos pero con un toque muy personal y diferente. Creando así una oferta gastronómica variada y de primera calidad para disfrutar en un entorno actual y único.