Ha sido el broche perfecto de fin de año. Los nostálgicos están de enhorabuena, porque durante un par de semanas, dos episodios, pudieron sentirse de nuevo en los años de su adolescencia. Física o Química, más conocido como FoQ, constituye todo un hito en la educación sentimental de quienes fueron adolescentes hace cosa de entre diez y quince años. FoQ se emitió entre el 4 de febrero de 2008 y finalizó, por cancelación, el 13 de junio de 2011. En total, fueron siete temporadas de altísima intensidad, que suponen 77 episodios de una intensísima trama.
Amoríos, dramas adolescentes y emociones juveniles eran los principales ingredientes de la serie y, por tanto, también del reencuentro. En esta segunda parte, este breve reencuentro de los protagonistas cambian un poco las tornas. Los personajes tienen diez años más y, se supone, son algo más maduros y sus sentimientos están un poco más asentados. Pero solo se supone, claro, porque en estas circunstancias las emociones y las pasiones silenciadas durante años y años se desbordan como si fuera un volcán. En general, se disfutó la vuelta de FoQ, pero no todo les encajó a sus fans. Esto es lo que menos gustó del reencuentro de la mítica serie.
2Un éxito de audiencia
Haya gustado más o menos, haya convencido a los nostálgicos de la serie o los haya dejado insatisfechos, lo cierto es que FoQ ha arrasado en audiencia. El cebo de curiosidad pudo a los fans de FoQ, y todos estuvieron delante de la pantalla pendiente de cómo se desarrollaban los acontecimientos. De hecho, cuando se emitió en el primer episodio en la plataforma Atresmedia Premium, la página colapsó de la cantidad de visitas que recibió, todas de espectadores ansiosos de ver la boda de Yoli.
Con el segundo episodio, emitido en la madrugada del sábado 2 al domingo 3 de enero, sucedió más o menos lo mismo. Lo que está claro es que había ganas de volver a ver en acción a los personajes de FoQ, de imaginar cómo podrían haber sido sus vidas una vez que abandonaron el Instituto Zurbarán y qué les deparó el destino a cada uno de ellos. Que fuese más o menos creíble, que la trama tuviese cierto sentido, es algo que quedó más relegado a un segundo plano.
