El mercado de fichajes de invierno ya llegó y los clubes suelen tomarse este espacio para resolver algunos inconvenientes que surgieron en sus plantillas en este inicio de campaña, pero para otros es el momento de hacer los deberes que no lograron cumplir en el verano. Los errores pasan y muchos los solucionan ahora, porque como raza el dicho «mejor tarde que nunca». Sin embargo, en estos tiempos en los que la crisis del coronavirus todavía asola a los equipos, la verdad es que no muchos podrán acudir al mercado para reforzarse y otros, como el Real Madrid, prefieren guardarse de cara al verano.
Los viejos tiempos en que los fichajes invernales se veían de un lado a otro parecen haber quedado atrás; aunque claro está, las sorpresas nunca están descartadas, porque los intercambios y las cesiones pueden dejar varios cambios interesantes. La cosa es que para las escuadras grandes estos fichajes no suelen verse muy bien, debido a que muchos lo ven como que no hicieron bien su trabajo en verano; además de que su oportunidad de hacer grandes desembolsos no es tan fácil, porque los clubes no están dispuestos a perder a sus cracks a mitad de temporada. En el caso del equipo merengue es aún más difícil por su estatus fichar en enero; pero aún así ha hecho algunas apuestas y lo cierto es que, con más ranas en su historial, el Madrid afrontará otro mercado de invierno con los ojos abiertos por si ficha, pues tratar de no fallar.
1Marcelo llegó para quedarse
En el invierno de 2006, Ramón Calderón decidió apostar fuerte en el mercado de invierno y fue en ese momento en que hizo uno de los fichajes más importante en la historia reciente del Real Madrid. Bajo su mandato en la presidencia del Real Madrid contrató a un joven Marcelo Vieira, de apenas 18 años, que vino del Fluminense a cambio de seis millones de euros y que rápidamente catalogó como el sustituto natural de Roberto Carlos, algo que al final no fue tan alejado de la realidad.
Aunque tardó mucho en adaptarse, al punto de que incluso se pensó en cederlo para que cogiera ritmo; el brasileño se mantuvo firme en esperar su oportunidad en el Real Madrid debido a que pensaba que si saldría no volvería y al final fue su mejor decisión. Tras varios entrenadores y dejando buenos partidos, Marcelo se afianzó como titular con Zidane y en cada partido importante él apareció. Su gran presencia en ataque, esa habilidad para asistir y su técnica para superar rivales lo hicieron un arma invaluable en la etapa dorada del Madrid que ganó cuatro Champions League en cinco años. Pese a sus carencias defensivas, siempre aportó tanto al ataque que no se notaron mucho sus errores. Sin duda su calidad lo convirtió en uno de los mejores extranjeros en la historia del club y uno de los fichajes invernales más importantes que se recuerde.